El fondo de emergencia es un resguardo para situaciones imprevistas. Debe equivaler, como mínimo, a los gastos totales de la familia correspondientes a entre 3 y 6 meses. 

Texto: Mónica Fernández – IG: @tudineroxl

Sentimos que tenemos todo bajo control. Tenemos trabajo, crecemos en nuestra profesión o negocio, tenemos casa propia o estamos encaminados en ese proceso… Sin embargo, los imponderables pueden esperarnos a la vuelta de la esquina. 

En esos momentos, contar con un fondo de emergencia es clave para tener margen de maniobra, o resolver un inconveniente que requiera de atención inmediata sin endeudarse. 

El objetivo prioritario de un fondo de emergencia es disponer de dinero líquido -es decir, de rápida disponibilidad- para hacer frente a cualquier contingencia. ¿Qué contingencias pueden surgir? Desde un desperfecto o rotura importante en el hogar que no puede esperar, hasta un imprevisto con el auto. 

Los trabajadores independientes

Para los emprendedores, trabajadores freelance o profesionales independientes, el fondo de emergencia es aún más imprescindible. Una enfermedad o un accidente que nos deja parados por algunas semanas significa una caída abrupta de ingresos.

Los imprevistos nunca se pueden anticipar y la pandemia es el mejor ejemplo. Fueron muchos meses en los que diversos rubros estuvieron paralizados, sin ingresos. Para esos casos, el fondo de emergencia es una tabla de salvación. Es un punto de apoyo sobre el cual hacer pie y poder evaluar, con más tranquilidad, las opciones y alternativas. 

 

 

¿Cómo armar un fondo de emergencia?

Lo primero es calcular de cuánto debería ser ese fondo. En el caso de trabajadores en relación de dependencia, debería ser el equivalente a al menos tres meses de gastos totales personales o familiares. Para eso, es importante tener cuantificado (y actualizado) cuánto gastamos por mes, cuánto de ese presupuesto es de gastos fijos (alquiler, expensas, colegio, medicina prepaga), y cuánto corresponde a gastos variables que, llegado el caso, se pueden reducir.

En el caso de trabajadores independientes, el fondo de emergencia debería ser equivalente a seis meses de gastos. Y, además, si tienen gastos fijos inherentes a la profesión, como alquiler de local o consultorio, deberían separar un fondo también para cubrir esas contingencias. 

Constituir este tipo de fondos es un compromiso con nosotros mismos. Se trata de separar todos los meses un porcentaje de los ingresos hasta lograr llegar a la meta. Ese dinero NO tendrá otro destino. No se usa para vacaciones, ni para comprar una tele más grande. Si nos vemos en la necesidad de utilizar el fondo, pasada la contingencia, hay que reponerlo

 

 

¿Hay que invertir ese fondo?

No. El fondo de emergencia es un capital de resguardo. No hay que exponerlo a ningún tipo de riesgo. Debe estar constituido en una moneda fuerte (dólar o euros). Para protegerlo se puede optar por depositarlo en una caja de ahorro en moneda extranjera o caja de seguridad. 

 

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