Una vivienda sustentable permite ahorrar entre 20% y 30% en el consumo de electricidad y de agua. Pero el impacto de tener certificación verde va más allá. Este tipo de propiedades se revaloriza más que otras de construcción tradicional. 

Texto: Mónica Fernández – IG: @tudineroxl

El proceso arranca mucho antes de que las paredes empiecen a levantarse. Mucho antes incluso de que los planos estén listos para su aprobación. Desde los primeros bocetos, un edificio o una casa que aspiran a ser verdes llevan la marca en el orillo.

Así es que Santa Ana Joven se pensó desde el momento cero con todas las características necesarias para convertirse en un barrio privado sustentable con certificación EDGE. Éste es un estándar global que desarrolló la Corporación Financiera Internacional (CFI), entidad miembro del Banco Mundial, y es utilizado en cerca de cien países de mercados emergentes. 

¿De qué se trata la Certificación EDGE?

“Para obtener una Certificación EDGE, el proyecto deberá lograr por lo menos 20% de reducción de consumo energético, 20% de reducción del consumo de agua y bajar al menos el 20% la energía incorporada por los materiales en comparación con la práctica de construcción tradicional”, explica el Arquitecto Lucas Pedro Berman, Experto en Eficiencia Energetica y Certificaciones EDGE y LEED entre otras, que trabajó junto a Eidico en el proyecto. 

Santa Ana Joven supera esas marcas mínimas requeridas. El ahorro energético es del 28%, en agua potable es del 33 % y en energía incorporada a los materiales es del 48%. Además, Berman explica que se consiguió “una reducción de emisiones de gases de efecto invernadero de 1,43 toneladas por año y por vivienda, logrando una reducción del impacto ambiental ejemplar para este tipo de construcciones”.

¿Cómo es el proceso para sacar patente de Green Real Estate? El primer paso para que una construcción puede listarse en este grupo es obtener la certificación de diseño y luego la certificación de construcción con un seguimiento y monitoreo constante del desarrollo de la obra. Una vez terminadas ambas etapas, recién el proyecto tendrá el certificado final EDGE, emitido por el Green Business Certification (GBCI). Ésta es la principal organización que reconoce de forma independiente la excelencia en el desempeño y la práctica de la industria comercial verde a nivel mundial 

Ventajas cuantificables

Ahora bien, en la práctica, ¿qué significa vivir en una casa verde? La respuesta va mucho más allá de ahorrar todos los meses entre un 20% y un 30% promedio en el consumo de electricidad y de agua (que no es menor). Es también de saberse protagonista en el cuidado del medioambiente.

“Hablar de construcción ecológica no es sólo pensar en bio-arquitectura, energías renovables o ahorro energético. Involucra muchos otros factores determinantes para la vida del ser humano. Solemos pasar el 80% del tiempo en espacios cerrados. Por lo tanto, es esencial que estos lugares sean confortables y saludables”. Así lo explica Berman como puntapié inicial de una charla que va a girar sobre los múltiples beneficios que este tipo de desarrollos traen no solo para quienes los habitan, sino para el entorno.

“Los vecinos de Santa Ana Joven notarán una clara mejora en su calidad de vida, determinada entre otras ventajas, por la iluminación y ventilación natural de sus espacios, confort térmico y materialidad saludable para sus habitantes”, describe Berman. 

Algunas estrategias vinculadas al uso sustentable de los espacios que incluyen las edificaciones verdes se focalizan en los estacionamientos, las áreas comunes y el tratamiento de residuos. 

  • Crear un espacio abierto exterior que fomente la interacción con el medioambiente, la interacción social, la recreación pasiva y las actividades físicas. 
  • Ofrecer espacios abiertos que igualen o superen el 30% de la superficie total del sitio. Como mínimo el 25% de ese espacio exterior debe contar con vegetación (el césped no cuenta como vegetación) o contar con cobertura de follaje. 
  • Minimizar los daños ambientales asociados con las instalaciones de estacionamiento y fomentar el uso de automoviles compartidos. Algunos proyectos establecen, por ejemplo, que el 5% de los espacios totales de estacionamiento sean de uso preferencial de vehículos compartidos. 
  • Ofrecer almacenamiento para bicicletas a largo plazo para al menos el 5% de los ocupantes habituales del edificio. Además, los edificios deben contar con espacio para bicicletas que están de paso (visitas).
  • Reducir los desechos generados por los ocupantes del edificio que son transportados y desechados en rellenos sanitarios. 

Garantía de valor

Otra ventaja asociada a estos métodos de construcción certificados tiene que ver con la revalorización a mediano plazo del inmueble. “Un edificio eficiente en términos de recursos también tendrá un mayor valor de mercado. Las viviendas ecológicas normalmente se venden hasta cuatro veces más rápido y a un precio entre un 4% y un 10% superior “, aporta el especialista. 

A futuro probablemente puedan tener también ventajas impositivas, ya que el Gobierno Nacional se encuentra trabajando sobre los llamados Impuestos Verdes. Estos contemplarían la posibilidad de otorgar beneficios para los inmuebles sustentables. Asimismo, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires se encuentra trabajando sobre la Ventanilla Verde, que facilitara las aprobaciones municipales a proyectos los sustentables. 

Finalmente, vale recordar que los desarrollos sustentables o conocidos también como Green Real Estate, derraman su impacto positivo en tres dimensiones. “Desde el punto de vista o el eje social, proporcionan una mejora en la calidad de vida de las personas. Desde el aspecto medioambiental, cuidan y protegen la extracción y manejo de materiales y recursos naturales. Y, por último, en lo que refiera al ámbito económico, hoy difundido por el ahorro y eficiencia energética”, sintetiza Berman. 

Contacto Arquitecto Lucas Pedro Berman  arq.berman@gmail.com

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