Iniciativas que promueven el equilibrio entre trabajo y vida familiar son tan valoradas como un buen salario. Tanto empresas como individuos deben aprender a lograr el “mejor equilibrio”.
Texto: Mónica Fernández – IG: @tudineroxl
Mejorar el equilibrio entre la vida personal y el trabajo es un tema que algunas empresas ya habían empezado a mirar hace algunos años. Pero con la pandemia, la necesidad de aislamiento preventivo y la llegada masiva del home office, pasó a ser una cuestión prioritaria.
Lo que los especialistas identifican como “work & life balance” se convirtió en un aspecto central para los empleados. Y, en consecuencia, para las empresas.
Factores no monetarios
Los datos de la edición 2021 del estudio de Marca Empleadora presentado en la Argentina por la consultora de recursos humanos Randstad confirman una tendencia, que se dio también en la región. Y es que los factores no monetarios vienen ganando terreno año tras año a la hora de evaluar qué hace que una empresa sea considerada un lugar atractivo para trabajar.
“El interés por un buen ambiente de trabajo logró este año el mismo nivel de relevancia que la búsqueda de un buen salario, justamente cuando muchos trabajadores se encuentran aún trabajando de manera remota”, sostiene Andrea Ávila, CEO de Randstad para Argentina y Uruguay. “Esta tendencia confirma que el salario dejó de ser el único aspecto a considerar al momento de evaluar una propuesta laboral. Está clarísimo que es una condición necesaria, pero no suficiente para atraer y retener al talento”.
Son muchas las cosas que las compañías pueden hacer en este “esfuerzo” por volver más amigable la convivencia entre vida personal/familiar y trabajo. En Randstad hablan de licencias y días de vacaciones extra y flexibilidad horaria, entre otras iniciativas que promueven el equilibrio.
El caso Eidico
En Eidico, las prácticas tendientes a promover un buen equlibrio entre trabajo y familia siempre fueron una prioridad. Empezaron a aplicarse cuando la empresa se fundó hace 27 años, mucho antes de que el “life & work balance” fuera una tendencia.
Andrés Seitún, gerente de Desarrollo Humano e Integración Empresaria (DHIE), lo ilustra así. “Una de las cosas que más valoran nuestros empleados es el hecho de contar desde el primer día con una semana extra de vacaciones para tomarse en los meses de invierno, y poder hacer que coincidan con el receso escolar de los hijos. También es muy esperada la semana entre Navidad y Año Nuevo, cuando la empresa cierra para que cada uno pueda disfrutar las Fiestas en familia”.
Contar con el cuarto mes de licencia por maternidad pago y tener una vuelta escalonada al trabajo después de ser mamá, también cuentan entre los beneficios que hoy en día sigue manteniendo Eidico, y que se valoran mucho puertas adentro de la empresa, al igual que la licencia extendida por paternidad.
“Más allá de las prácticas puntuales y otros beneficios que se puedan mencionar, lo que sigue distinguiendo a Eidico de otros lugares para trabajar es la humanidad y la flexibilidad para considerar siempre a la persona y su contexto particular, a la hora de analizar cualquier situación. Por eso, personas y familia es un valor para nosotros. Está por encima de lo que esa persona puede hacer en cuanto al trabajo”, resume Seitún. “Sabemos que se valoran nuestros beneficios, pero lo que más se valora de nosotros es esta forma que elegimos para ser como organización. Cuidamos a las personas y siempre están primero”.
Consejos prácticos
Fomentar y lograr el equilibrio no siempre es fácil, ni para las empresas ni para los mismos trabajadores. Para lograrlo, desde Randstad dejan algunos consejos a tener en cuenta. Y aclaran también que no toda la responsabilidad recae sobre la empresa. “Los individuos tienen una responsabilidad concreta en la búsqueda del equilibrio, que dependerá de decisiones personales y de la adquisición de rutinas determinadas para que el trabajo, o nuestra pasión por él, no interfieran con el tiempo que dedicamos al esparcimiento, el ocio y el disfrute”, dice Ávila.
- Deconectarse. Dado que las fronteras entre lo virtual y lo real están cada vez más desdibujadas, tanto como los límites entre lo que es trabajo y lo que no lo es, es recomendable desconectarse completamente de las pantallas por unas horas en forma periódica como terapia de desintoxicación.
- Detener las notificaciones. Emails, redes sociales, mensajes y chats generan alertas y notificaciones en forma permanente en nuestros celulares y tablets. Así, el cerebro está todo el tiempo sometido a impulsos y nunca se recupera de la constante sensación de ansiedad. Tanto para managers con altos niveles de auto exigencia, como para trabajadores con jefes inclinados al micro-management, se recomienda detener las notificaciones de correo y aplicaciones vinculadas al trabajo para disfrutar del tiempo libre.
- Identificar el burnout. El burnout es un estado de estrés crónico que lleva a estar exhausto, a sentirse poco efectivo y a sufrir cansancio físico y emocional. El síndrome de burnout influye tanto en las relaciones entre colegas y en las decisiones de negocios, como en nuestro tiempo en el hogar. Si al llegar a casa notamos que nuestro ánimo decae, que estamos un poco más gruñones, a la defensiva, cansados en lo físico y agotados en lo mental, entonces puede ser que estemos sufriendo las consecuencias de estar “quemados”.
- Delegar, delegar y delegar. La tendencia a hacerlo todo puede construir una imagen de superhéroe, pero atenta contra el equilibrio entre vida privada y trabajo. Según una investigación de John Hunt, profesor de la Business School en Londres, solo 1 de cada 10 managers sabe cómo delegar. Para ello, se recomienda identificar las tareas y decisiones que pueden delegarse, determinar quiénes pueden hacerlo y establecer las condiciones óptimas para que lo hagan.
- Que la pasión no se vuelva un dolor de cabeza. Muchas veces el exceso de trabajo no tiene que ver con el jefe, ni con una falta de organización, sino con una excesiva pasión puesta en lo que hacemos. Esto tiene un lado positivo: nuestro trabajo nos gusta y nos motiva. Pero, como toda pasión, es necesario controlarla para que no altere nuestro equilibrio. Si vemos que la pasión nos lleva a interferir con nuestro descanso y con los momentos de esparcimiento y relax, es momento de poner límites, aun cuando se trate de tareas que disfrutamos.
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