El impulso que tomaron en estos últimos dos años los barrios desarrollados por Eidico en San Martín de los Andes parece confirmar una percepción que daba vueltas por el imaginario colectivo: la pandemia disparó una movida sorprendente hacia un salto cualitativo en el estilo de vida.
Texto: Juan Pablo Pizarro
San Martín de los Andes, uno de los destinos turísticos más importantes de nuestro país, no se mantuvo al margen del cimbronazo que representó la cuarentena respecto del movimiento de muchas familias, que optaron por alejarse de los grandes centros urbanos hacia zonas de mayor contacto con la naturaleza. El objetivo: ganar en calidad de vida.
Según datos oficiales del Municipio, entre octubre de 2020 y octubre de 2021 se realizaron 3.800 cambios de domicilio, cifra que podría involucrar a familias o particulares. A eso habría que sumarles los casos de quienes se mudaron después de esa fecha o todavía no hicieron el trámite ante el Registro Civil.
Estancia Miralejos, Vallescondido, La Reserva y Piedra de San Francisco -los cuatro emprendimientos de vivienda desarrollados por Eidico en San Martín de los Andes- experimentaron un crecimiento notable desde marzo de 2020, fecha en que se decretó la cuarentena obligatoria por COVID-19. No sólo por el movimiento de algunas familias que decidieron trasladarse de manera permanente, sino también por el cambio de uso que los propietarios les dieron a sus viviendas.
La transformación en Miralejos
“Lo que pasó en marzo y abril de 2020 fue una disparada fenomenal en la cantidad de consultas. Gente que de golpe se encontró atrapada dentro de un contexto totalmente desconocido, como lo fue la cuarentena, escribía y llamaba a cualquier hora. Fue entonces que, sabiendo que contaban con algún ahorro, decidieron que era un buen momento para invertir en algo que les permitiera proyectar un estilo de vida diferente”. Así lo explica Juan Segura, responsable de Estancia Miralejos, el barrio que inauguró la presencia de Eidico en San Martín de los Andes.
A partir de ese momento, el barrio experimentó un proceso de transformación impresionante. “Lo que se dio entonces fue un gran movimiento de cambio de propietarios. Se revendieron muchos lotes. Los precios se dispararon en un 20% o 30 %. A falta de alternativas para alquiler permanente, realidad que se agravó mucho en estos últimos años, la única opción era la compra. Y éste es un proceso que implica encontrar el lote, negociar su compra, diseñar el proyecto junto con el arquitecto, lograr las aprobaciones y construir. Y si a esto le sumás las restricciones sanitarias de entonces, y que en 2020 tuvimos uno de los inviernos más nevados de los últimos tiempos, creo que recién en dos o tres años vamos a poder dimensionar el fenómeno. Entonces, la cantidad de casas construidas habrá aumentado casi en un 50% con respecto a las que teníamos antes de pandemia”, completó Segura.
El salto en Vallescondido
El barrio lindero a Miralejos no se quedó atrás. Para el comienzo de la cuarentena, Vallescondido tenía 26 casas construidas, de las cuales 12 eran destino de vivienda permanente. El resto se utilizaba durante las vacaciones. A partir de ese momento, experimentó un crecimiento notable. Y en algo más de dos años, el barrio alcanzó un total de 39 casas construidas -20 de las cuales son de vivienda permanente-, 33 obras iniciadas y 12 proyectos de construcción presentados y próximos a iniciar las obras. Como dato adicional, durante el último año se vendieron 60 lotes.
Tendencia repetida en otros barrios de la zona
El despertar del interés alcanzó también a La Reserva, un barrio que suma un total de 108 lotes entre lo que es Reserva Alta y Reserva Baja (el barrio se dividió en dos consorcios independientes). Actualmente, tiene media docena de casas en obra y otro tanto de proyectos presentados para comenzar a construir. Y con respecto al más nuevo de los desarrollos de Eidico en San Martín de los Andes, Piedra de San Francisco, la pandemia disparó el nivel de consultas en cuanto a las alternativas para reventa y el inicio de obras particulares.
El nuevo escenario para un estilo de vida renovado
“Un fenómeno que se dio en este contexto fue el cambio en el tipo de uso que se les dio a las viviendas dentro de estos barrios”, explica Jorge O’Reilly, director de Eidico. “Además de las familias que decidieron trasladarse de manera definitiva, hubo muchos propietarios que supieron sacarle el jugo a una realidad que nos enseñó la pandemia: la posibilidad del trabajo remoto. De esta manera, si antes viajaban varias veces al año por períodos cortos, con este nuevo contexto, tal vez son menos las veces que viajan, pero se instalan por períodos más largos, sabiendo que el trabajo a distancia se puede realizar de manera eficiente”, aseguró.
Patear el tablero
Del lado de los propietarios que decidieron patear el tablero y cambiar de raíz su estilo de vida, nos deja su testimonio Matías, vecino de Vallescondido. “Lo que nos pasó a nosotros no es muy distinto a lo que transitó mucha gente durante la pandemia: tomamos dimensión de dónde y cómo estábamos viviendo. Si queríamos un futuro distinto para nuestra familia, había que tomar una decisión de cambio. Analizamos varios posibles destinos y lo que fue determinante en nuestra elección fue conocer Vallescondido. Es un lugar con entorno natural, seguro y reservado (esto último por las grandes dimensiones de los lotes). Y así es que hoy vivimos en la montaña, en total equilibrio con el lugar, admirando hermosas vistas que cambian en cada estación y nos regalan todos los días una pintura distinta”.
La profunda angustia que generó la pandemia parece ir diluyéndose con el paso del tiempo. Pero lo que llegó para quedarse es la consciencia de muchos que han logrado dimensionar lo valioso que resulta dar un salto cualitativo en su estilo de vida. El intenso movimiento que se ha dado en los barrios de Eidico, en este verdadero paraíso del sur argentino, es una clara muestra de ello.
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