Anticiparse es la pieza clave. El haber jubilatorio no alcanzará -en la mayoría de los casos- para sostener el mismo estilo de vida que se tenía en la etapa activa. Qué podemos hacer a partir de hoy.

Texto: Mónica Fernández – IG: @tudineroxl

Quién no sueña con un retiro libre de preocupaciones. Con disfrutar a pleno esa etapa en la que aún se es joven y se tiene la suficiente vitalidad como para viajar; sacarse el gusto de dedicarse a algún hobbie; pasar más tiempo con la familia y amigos, y por qué no, emprender o trabajar, pero a otro ritmo, sin tantas exigencias. 

Para alcanzar ese estado sin sobresaltos financieros es indispensable empezar a preparar el terreno desde jóvenes. Porque, de otro modo, es altamente probable que los 65 nos encuentren ante la disyuntiva de seguir trabajando 9 horas diarias y posponer esa etapa de disfrute, o retirarnos y reducir considerablemente nuestro estilo de vida. 

El contexto en la Argentina

En la Argentina el sistema previsional es “solidario”. Es decir que el haber de los actuales jubilados se financia con el aporte obligatorio de empleadores y empleados en actividad. Acá el primer punto de estrés para el sistema: la mayor expectativa de vida hace que en la punta de la pirámide, haya cada vez más jubilados y pensionados y la base no sea lo suficientemente grande como para sostenerlos.

“Si consideramos que en nuestro país el nivel de contribuciones al sistema de los aportantes activos (entre aportes de los empleados más las contribuciones de las empresas) rondan el 20% del salario, para generar un reemplazo del salario al momento del retiro razonable de un 60% a 80%, deberían contarse con 3 a 4 aportantes por jubilado. Esa relación hoy está en 1.3. Esto muestra claramente que la financiación es totalmente deficiente”. Así lo explica Diego Deza, director de Retiro de la consultora WTW (antes Willis Towers Watson). 

A esto se suma que los salarios más altos tienen un tope a los aportes a la seguridad social. Se aporta por hasta $410.742. En lo inmediato, esto genera un extra de bolsillo. Pero será claramente un problema a la hora del retiro, ya que, obviamente, la jubilación se calculará sobre el monto por el cual efectivamente se hicieron aportes. En otras palabras: quienes mejores salarios tengan en su etapa activa, menor tasa de reemplazo logará con su jubilación. La jubilación máxima actualmente es de $252.507 mensuales. Quien necesite más, debe empezar a pensar hoy cómo va a complementar ese ingreso mañana. 

 

Tener un plan

Para ponerse a trabajar sobre el tema, lo primero que hay que desterrar son las excusas, y poner el objetivo en agenda. “Es importante empezar a involucrarse con el tema de ahorros e inversiones a una edad temprana. Idealmente, si a los veintipico uno lograra entender la relación entre ahorrar postergando consumo vs. consumir ahora, y empezara a delinear objetivos, entre ellos el retiro, el esfuerzo para llegar a un mismo objetivo será menor que si inicia más tarde”. Así lo plantea Diego Dyszel, profesor del Programa Focalizado de Finanzas Personales del IAE Business School, Universidad Austral.

“De todos modos -avanza- mucha gente aborda el tema pasados los 40 años, porque antes se dedicó a viajar, estudiar, formar una familia, entre otros. Y no está mal, ni es tarde para hacerlo. Mas implicará invertir de una manera diferente que si uno tiene 20 años. La mejor recomendación para enfocarse en este tema es que el mejor momento para abordar la planificación financiera es hoy y ahora”, remarca Dyszel.

Consejos prácticos

Con esa premisa sobre la mesa, lo que manda es elaborar un plan de acción de manera de llegar a los 60/65 años con capital e ingresos pasivos que garanticen un retiro sin sobresaltos económicos. 

  • Lo primero es crear ese objetivo en nuestra mente. Darle lugar en la planificación financiera y comprometerse a seguir adelante con el objetivo, sostenerlo en el tiempo. Ese fondo no debería tocarse ni mezclarse con el ahorro e inversión para cambiar el auto o para salir de vacaciones. 
  • En segundo lugar, determinar en base al presupuesto personal y familiar qué porcentaje se podrá destinar mensualmente a este objetivo de ahorro. Más adelante veremos que el “cuánto” es menos determinante para el éxito que el “desde cuándo”.
  • En tercer lugar, empezar a invertir de manera metódica y diversificada

activos financieros: bonos, acciones, etc., que permitan tanto ir incrementando el capital, como obtener renta periódica; 

inmuebles sobre los cuales generar una ganancia de capital (compra/venta) o renta (alquiler);

emprendimientos/ negocios propios o en sociedad que, al consolidarse, puedan ser una fuente extra de ingresos;

generación de una renta pasiva mediante la monetización de conocimiento. En esta categoría puede entrar desde escribir un libro, hasta grabar cursos o clases sobre algún tema de interés. Así también, los derechos de autor sobre música, ebooks, patentes, etc. 

 

Tiempo: el capital más valioso

Ahora bien, algo que hay que tener muy en claro al sentarse a armar un plan o estrategia de largo plazo es que el capital más valioso será el tiempo. ¿Por qué? Por la magia del interés compuesto. 

¿De qué se trata? De reinvertir de manera sostenida las ganancias e intereses que se obtienen a partir de una inversión inicial de capital. Este hecho tiene un poder exponencial. Al punto que Alfred Einstein la consideraba “la octava maravilla del mundo”. “Quien lo comprenda, lo gana; quien no, lo paga”, es una de las frases que se le atribuyen al físico alemán.

 

Bienestar financiero

La planificación financiera de la etapa del retiro es una pieza más dentro de todo un plan que debe ser tendiente a lograr lo que, en Mercer -una consultora internacional especializada en gestión de talentos y planes de compensación para las empresas-, denominan “Bienestar Financiero”. 

Para quienes les cuesta poner foco en el ahorro y la planificación, Mercer comparte algunas prácticas para tomar de guía. “Los programas de bienestar financiero que abordamos se centran en cuatro ejes de trabajo con un objetivo en común: crear hábitos saludables para la buena administración del dinero. Y, consecuentemente, reducir las preocupaciones relacionadas a las finanzas personales”, explica Dolores Liendo, líder de Wealth, de la consultora para la Argentina, Uruguay y Paraguay.

 

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