Los aliados de Eidico han sido -y siguen siendo- una pieza fundamental en los casi cien emprendimientos que la empresa lleva desarrollados, ya sea por su conocimiento local -en proyectos del interior del país-, como por su expertise en algún rubro específico complementario. En esta nota, directores y aliados de Eidico cuentan cómo es trabajar juntos por un mismo objetivo.
La confianza como columna vertebral
“Dentro de la comunidad de personas con las que Eidico se ha vinculado de manera más intensa para llevar adelante sus emprendimientos, no tengo dudas de que el valor más importante es la confianza. Nuestros aliados en el interior del país ocupan un lugar destacado dentro de este grupo, como así también quienes nos confían sus tierras, contratistas, profesionales y clientes. Todos ellos han demostrado no solamente que son confiables en el rol que les toca, sino también que confían en nuestro equipo, en el producto que hacemos y en nuestro sistema de desarrollo. La confianza es el alma y la columna vertebral de Eidico”, sostiene Patricio Lanusse, socio fundador de Eidico.
La visión local para resolver necesidades reales
“Cuando encaramos un desarrollo en el interior, para nosotros es fundamental tener una pata local que conozca bien el mercado. No queremos imponer proyectos, sino más bien ofrecer soluciones que realmente respondan a una necesidad. Y para eso es clave involucrar a jugadores que conozcan bien el medio. Y a la hora de elegirlos, nos proponemos encontrar a alguien que no sólo tenga ese conocimiento del lugar, sino también que comparta la visión y los mismos valores de Eidico por ser nuestra cara frente al público local”, explica Jorge O’Reilly, socio fundador de Eidico.
“Al ser el nuestro un sistema cooperativo, a través del cual buscamos interpretar las necesidades del público para proponer una solución acorde, resulta fundamental contar con un socio local que entienda a fondo la problemática de acceso a la vivienda en su zona. Encontrar a ese aliado es realmente muy reconfortante. Incluso en muchos casos nos aportó una mirada distinta, y eso, a la larga, es un aprendizaje muy valioso para Eidico. Hoy no vemos la chance de exportar nuestro sistema al interior del país sin un socio local”, agrega Mateo Salinas, gerente general de Eidico.
Un aporte para generar comunidad
Mateo hace referencia también a la importancia de elegir un socio que, más allá de cuestiones técnicas y comerciales, pueda realizar un aporte concreto para que el emprendimiento logre impactar positivamente en los barrios que lo rodean. “Hacer una urbanización implica muchísimo trabajo y representa un proceso largo y complejo. Y cuando es en el interior del país, nos resulta muy difícil la idea de entrar, desarrollar el producto e irnos. Cuando lo hicimos no nos sentimos cómodos. De ahí la importancia de encontrar al aliado ideal que no sólo sea nuestra pata local para todo lo que tiene que ver con aprobaciones, sino que además lidere la creación de vínculos con la comunidad alrededor del barrio para generar un impacto social de manera sostenible y duradera”.
La voz de los aliados
Maxi Mondino, Estaban Bosch y Alejandro Metro -tres de los aliados con los que Eidico ha trabajado conjuntamente en distintos emprendimientos- relatan en primera persona sus experiencias y sensaciones.
Sentirse parte de una gran familia, Maxi Mondino
“Sin Eidico, Palos Verdes no habría sido posible. Por lo menos no de la manera en que lo habíamos imaginado en el entorno del club”.
“El desarrollo del barrio no fue nada fácil. Estuvimos cuatro o cinco años gestionando permisos hasta que, en diciembre de 2007, pudimos lanzar formalmente el proyecto. Fue un camino duro, pero en ningún momento sentí que estaba trabajando. Lo viví como un aprendizaje permanente, donde siempre primaron la transparencia y la claridad. A pesar de que hubo momentos y decisiones difíciles, siempre recibí un apoyo incondicional de una empresa entera marcando el rumbo, empujando y respaldando cada paso en el complejo y difícil proceso de transformar una fracción de tierra en un barrio con infraestructura y servicios. Me hicieron sentir parte de su gran familia y eso es algo por lo que siempre estaré agradecido”.
“Soy un enamorado del sistema Eidico, porque fue lo que hizo realidad el sueño que gestó mi padre y compartíamos mi familia, amigos y socios del club para poder vivir en Palos Verdes. Y cuando hablo de Eidico, me refiero a la empresa, sus socios fundadores, sus directores, empleados, ingenieros, arquitectos, proyectistas, contratistas, administrativos, estudios y profesionales locales que participan de todo el proceso. Y por supuesto también los suscriptores y propietarios finales, que son los protagonistas principales en esta clase de desarrollos”.
Todos en el mismo barco, Alejandro Metro
“Me acuerdo cuando me convocaron, hace ya muchos años, durante los inicios de Santa María de Tigre. Entonces, me junté con Patricio Lanusse y después con los arquitectos, que me invitaron a formar parte del proyecto de Santa María. Cuando vi de qué se trataba, me pareció que no iba a funcionar. Así de visionario fui en ese momento. Al poco tiempo estaba trabajando con ellos y no paramos hasta el día de hoy”.
“Una de las cosas que más destaco de Eidico es su filosofía de subir en el mismo barco a todos los que somos sus socios estratégicos. Me viene a la cabeza un caso concreto, en plena debacle económica de nuestro país. Jan Seitun, uno de los socios fundadores de Eidico, no dudó un segundo en ajustar un contrato que, por la coyuntura externa, podría haber afectado la normal ejecución de la obra. Recuerdo muy bien que me dijo que nunca iba a estar el cadáver de uno sobre el otro. La verdad que me alegro mucho de que Eidico haya llegado hasta donde llegó hoy”.
Generosidad y respaldo permanente, Esteban Bosch
“Mi primer contacto con Eidico fue en el año 95 o 96, en un chalet en Tigre centro, antes de mudarse a las oficinas de Santa María. Ahí lo conocí a Patricio Lanusse. Después empezó a trabajar mi mujer, Marieta, en las oficinas de Santa María, en el año 97. En esa época se lanzaron El Aduar y El Durazno. En ese momento empecé a tener relación con Eidico porque los estuve asesorando en algunas cuestiones de seguridad. En el año 99, Marieta, nuestros hijos y yo nos instalamos en San martín de los Andes, para armar Estancia Miralejos desde cero. Fue una experiencia laboral y familiar realmente espectacular. Ese primer proyecto fue una muy buena experiencia, y tiempo después ya me asociaron a Eidico. A partir de entonces, salieron San Esteban, Cerro Chapelco, Vallescondido, La Reserva, Barrancas de Dina Huapi, Piedra de San Francisco… y seguramente seguirán surgiendo más proyectos”.
“Me parece que hay dos palabras que definen a Eidico: por un lado, generosidad, por la posibilidad que me dieron de asociarme; y por otro lado, confianza, porque siempre sentí un enorme respaldo por parte de los fundadores, directorio, asociados y de todo el equipo de trabajo de Eidico. La verdad es que la sensación de trabajar en un clima de extrema confianza es un diferencial absoluto de Eidico. Creo que todo lo relacionado con la crianza de mis hijos y su niñez en ese ambiente tan particular de Miralejos, tan agreste, el bosque, la nieve, alejados del pueblo, ha dejado una marca increíble en nosotros (los padres) y en cada uno de los chicos”.
Un sistema donde todos ganan
El aporte de los aliados representa un complemento ideal para Eidico. Y en todos los casos permitió enriquecer las diferentes propuestas que se fueron lanzando a lo largo de los años. Un trabajo sinérgico que fue clave para el éxito de dichos proyectos y que encuentra su razón de ser en el sistema cooperativo que promueve Eidico. Un sistema donde todas ganan. Un sistema basado en la confianza, el interés común y los valores compartidos en pos de un mismo objetivo: mejorar la vida de las personas.
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