En esta nota te presentamos consejos para comprar un terreno y construir el proyecto de tus sueños. Qué características principales deberías tener en cuenta: ubicación, orientación, metraje, y todos aspectos que hay que considerar para que sea una buena inversión. 

Texto: Carolina Cerimedo 

Elegir un terreno es una elección importante. Si bien el costo de construcción puede ser semejante para la mayoría de los lotes, cada metro cuadrado que se vaya a construir generará mayor revalorización si se realiza en un terreno bien seleccionado. 

El objetivo de la compra

Comprar un terreno es el primer paso para convertir tu proyecto arquitectónico en realidad. Pero la aventura de hacer tu propia casa empieza antes, cuando te la imaginás. Por cierto, ésa es la primera sugerencia: al buscar un terreno, suma muchísimo tener en claro qué queremos construir allí

Acto seguido, podemos hacernos una serie de preguntas para entender si el lote que tenemos en vista cumple con las necesidades que tenemos. Todo esto si la casa que vamos a construir es para nosotros. De lo contrario, podemos abrirnos a una búsqueda sin tantas especificaciones que nos lleve a un “terreno tipo”. Un lote donde podremos construir una casa que a la mayoría de la gente le va a gustar. 

“Es importante tener en claro el objetivo de la compra. Si es un terreno que se está buscando para hacer una inversión inmobiliaria, vamos a lo general. En cambio, si es para hacer la casa propia, podemos ser más específicos, priorizar lo que es más importante para nosotros”. Así lo explica la Arq.Paula Gerlach, del estudio de Arquitectura que lleva su apellido. 

El tipo de lote

En zonas urbanas, los terrenos suelen ser rectangulares. Pero dentro de los barrios privados, en los que hay calles curvas, la forma de los terrenos puede ir variando. Por ello es importante detenerse en la forma del terreno, el ancho del frente, el largo y el ancho de fondo. Un lote con frente ancho permitirá desarrollar el diseño de la casa más cómodamente. Asimismo, un lote que se ensanche hacia el fondo, nos dará una vista espaciosa, que se potencia cuando el terreno da una laguna o un espacio verde.

El proyecto inmobiliario

Gerlach explica cómo bajar a la tierra que queremos comprar nuestras fantasías. La clave es pensar en nuestras necesidades concretas: “Cuántas habitaciones, cuántos baños, otros usos específicos que vayamos a requerir, como un garaje cubierto o un espacio de trabajo. Entonces vamos a chequear los metros construibles y las posibilidades del terreno y comprobar que lo que necesitamos construir se puede llevar a cabo allí”.

El terreno es todo

Vemos entonces que la ubicación del terreno es crucial, no solo por la conveniencia de su localización y el valor del terreno, sino también por el impacto que tiene en el diseño. La orientación del sol, las vistas disponibles y el contexto urbano o del barrio son determinantes para el proyecto. “A mí me gusta ir e investigar el entorno inmediato, recorrer la zona, cómo es el barrio, los vecinos, qué hay cerca, en distintos momentos del día y de la semana, vas viendo el movimiento y tomás una decisión estando informado”, dice Paula. 

Construir en un barrio privado

“Es importante conocer los requisitos de retiros, de alturas, cuántos metros se pueden construir. Si tengo en claro que en el fondo de la casa quiero hacer un quincho, una oficina, o un taller, debo confirmar que eso se puede hacer. También chequear el código del barrio privado, porque pueden tener restricciones mayores. Es importante saber qué permiten”, informa la arquitecta. 

Derribar mitos

“Muchas veces se dice que la orientación Norte es la mejor. Pero eso depende del proyecto y de tu estilo de vida. Una cosa es que te entre luz; otra que te entre sol, que puede ser muy molesto, crear efecto invernadero, quemar materiales, desteñir. A distinta orientación, distintas soluciones de proyecto. Una orientación Sudeste te puede dar una casa muy luminosa”, describe Paula. “Es muy difícil encontrar un terreno que reúna todo, hay que priorizar lo que sea más importante para vos. ¿Un jardín grande? ¿Las vistas? ¿Qué estamos dispuestos a sacrificar?”.

Ángeles Bosch, asesora comercial de la inmobiliaria Órbita, que trabaja en alianza con Eidico comercializando propiedades en sus desarrollos, agrega “A la hora de elegir el lote, primero tenés que tener en cuenta la disposición: si es un lote al agua, al golf, fondo verde, interno, perimetral. Después, la ubicación dentro del barrio. Si preferís estar cerca de la entrada, cerca del house o sector deportivo. Luego, el tamaño del lote. Hoy en día ya no se buscan lotes tan grandes, porque permite tener menos mantenimiento y porque se considera que los espacios verdes del barrio e incluso la calle para andar en bici ‘son parte del lote’. Por último, la orientación: si te gusta sol de mañana, de tarde, todo el día”.

Localizá tu estilo de vida 

“Si es para vivir, primero tenés que definir en qué zona querés vivir. Tenés que considerar los servicios que tenés cerca: centros comerciales, salud, colegios. Y también en los accesos a autopistas y conexión a tu trabajo, con el centro de la Ciudad”, detalla Ángeles. 

Además, para la agente inmobiliaria, ayuda mucho pensar en los amenities: “Si querés que el barrio tenga laguna o acceso al río, cancha de golf, sector ecuestre, sector deportivo con cancha de fútbol, tenis, paddle, gimnasio. Esto te va a permitir definir el masterplan o el barrio al que querés apuntar”. En este punto, entra en juego el valor de las expensas.

Un terreno como inversión

Si vos no vas a habitar el terreno, la cosa cambia. El negocio también. “Si es para invertir, tendrías que ver la proyección de rentabilidad”, continúa Ángeles, de Órbita.Una buena forma de hacerlo es observando la zona donde está ubicado el barrio. Mirar los barrios aledaños y sus precios y analizar cómo se comportó el mercado desde los inicios hasta la actualidad del proyecto”, sintetiza. “Además, hay que averiguar quién es el desarrollador, su reputación y trayectoria. Y luego visitar barrios que hayan desarrollado”, cierra Ángeles. 

La arquitecta Gerlach, coincide. “El ejercicio es pensar a futuro en el valor de reventa. Cómo nos imaginamos que ese barrio se va a desarrollar. Cuando no tenés vecinos alrededor es un poco más arriesgado, porque no sabés qué van a construir al lado. Distinto si está consolidado, con casas lindas que le dan valor a la cuadra”.

El contexto natural

Y por último, un tema que no podemos dejar de considerar: los árboles. A todos nos fascinan. Ahora bien, “hay terrenos que tienen árboles muy grandes. Y hay que tener cuidado porque las raíces pueden ser un problema muy grande para los cimientos, para la pileta. También las hojas cuando caen tapan las canaletas. Si buscás una casa con poco mantenimiento, y lo tuyo no es subirte al techo para limpiar, no deberías tener pinos, tilos o plátanos cerca”. 
Asimismo, existen ciertos proyectos en donde la geografía entra en juego y suma atributos adicionales a una propiedad. Por ejemplo, en el caso de Costa Esmeralda, en el Partido de la Costa, la cercanía al mar, los médanos y los pinos aportan valor a una construcción residencial. Y en los barrios privados de las afueras de Buenos Aires, importa mucho si el terreno cuenta con vista a la laguna o a una cancha de golf, como sucede en Canning, Pilar, Benavidez y Tigre, donde los espacios verdes cotizan alto.

Check-list

Elegir el lote correcto es tan importante como el diseño de la propiedad misma. Considerá estos factores cuidadosamente:

1. Ubicación: es crucial por la conveniencia de la localización y el valor del terreno en el mercado.

2. Lote: sus características, el diseño, la orientación, las vistas, el relieve, el contexto son determinantes para el proyecto.

3. Regulaciones: asegurate de que la construcción que planeás esté permitida. Informate sobre restricciones de altura, retiros de construcción y normativa del barrio privado.

4. Amenities y servicios: disponibilidad en el barrio cerrado y acceso a zonas cercanas de servicios comerciales. 

5. Impacto ambiental: pensá en la sostenibilidad de tu construcción. Prestá atención a la naturaleza del entorno. 

6. Inversión: revisá si el costo del lote más los costos de desarrollo se alinean con tu presupuesto y expectativas de revalorización o retorno de inversión.