Literalmente, townhouses significa “casas adosadas”. La proliferación en el Gran Buenos Aires Norte de propiedades de entre 1 y 3 plantas construidas unas junto a otras responde a una demanda creciente de vivienda. El target de estos proyectos son sectores medios que buscan más metros cuadrados, entorno natural y buena relación precio/calidad.

Con o sin amenities. En predios de media manzana o más. Donde antes se situó el casco de una quinta o un emprendimiento comercial. Dentro de barrios privados o en lotes más pequeños. El fenómeno de los townhouses llegó para quedarse. Y representa una gran atracción para personas solas, parejas, matrimonios con hijos pequeños e inversores.

¿Qué son?

“Townhouse” es un concepto nacido en Europa y los Estados Unidos hace unos 100 años, que se actualizó este siglo en Latinoamérica. A diferencia de un condominio, las construcciones en un townhouse no superan las 3 plantas y el gasto de expensas es muy inferior. Además, replican estándares de privacidad de una casa y ofrecen una buena relación precio/calidad.

Esta tendencia inmobiliaria es especialmente importante en el Gran Buenos Aires Norte. ¿El resultado? Unidades de una planta o dúplex agrupados por bloques, con una superficie cubierta promedio de 80 m2.

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Un poco de historia

“En los últimos 20 años comenzaron a aparecer desarrollos pensados para familias con presupuestos menores que los necesarios para comprar una casa en barrios privados”. Así describe Iuri Izrastzoff -gerente de Marketing de la inmobiliaria Izrastzoff- la llegada de los townhouses al Gran Buenos Aires Norte.

“Se ajustaron los proyectos por las superficies, los lotes, los accesos y la infraestructura. De esa manera se pudo salir al mercado con valores más accesibles. Esa fue la primera etapa. En la siguiente, se desarrollaron condominios. Y dentro de este segmento también aparecieron híbridos como los townhouses, muy habituales en países anglosajones. Estos permiten contar con un patio o jardín propio y vivir en una tipología similar a una casa, aunque adosada a las vecinas”.

De acuerdo con Izrastzoff, los townhouses “empezaron a surgir por San Isidro, Pilar y Tortuguitas. Luego siguieron por Tigre y Nordelta. Y también como complemento de barrios como El Encuentro, de Eidico. Registran muy buenas ventas”.

Privacidad y espacios comunes

En su mayoría, los townhouses combinan privacidad con espacios comunes típicos de un barrio privado. También es común encontrar en ellos seguridad las 24 hs. Y pequeñas áreas de esparcimiento, pileta privada o común y cocheras propias, con jardines, terrazas y parrillas de uso particular.

Altos del Encuentro es un ejemplo. Se trata de uno de los últimos lanzamientos de Eidico. “En Altos del Encuentro, como en la mayoría de los townhouses, la relación precio/calidad constituye uno de los principales atractivos. A ello se suman las cualidades constructivas, el fácil acceso a arterias principales y el contexto natural”, detalla Jorge Von Grolman, gerente comercial de Eidico.

Sobre un terreno de 2 ha, Altos del Encuentro presenta 44 casas y 44 dúplex a la altura del km 35 del ramal Escobar de la Panamericana. “Ya cuenta con el 85% de las unidades suscriptas”, agrega Von Grolman. Espacios verdes, una plaza aeróbica y hasta un futuro centro comercial completan el paisaje de este proyecto.

Las casas, de 74 m2 cubiertos y 3 ambientes, poseen jardín y parrillas propios. Mientras que los dúplex, de 90 m2 cubiertos, 2 plantas y 3 ambientes, tienen 23,5 m2 semicubiertos y 35 m2 de terrazas particulares.

“El bajo costo de mantenimiento de estas propiedades y el reducido precio de entrada en pesos son dos argumentos importantes que incentivan la demanda. Como asimismo la funcionalidad de la distribución y el diseño de este tipo de unidades, con gran potencial para la renta por alquiler o la reventa en dólares”, concluye Von Grolman.

 

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Razones de los townhouses en Zona Norte

Entre las razones que explican el fenómeno de la multiplicación de los townhouses en el Gran Buenos Aires Norte, se pueden mencionar los siguientes factores.

  • Hay menos terrenos que cumplen con las hectáreas necesarias para proyectar un barrio privado. Quedan, a la vez, predios de menor tamaño donde los desarrolladores encuentran una solución de vivienda para la clase media de Capital y Zona Norte que desea ganar metros cuadrados en un entorno natural.
  • Existe un movimiento en el mercado inmobiliario que también empuja a los townhouses. Los dueños de las grandes quintas que todavía quedan en la Zona Norte, al “achicarse” sus familias, resuelven vender propiedades de una manzana promedio. Esa es una oportunidad que los desarrolladores no desaprovechan, atentos a la demanda de viviendas que combinen una buena relación de precio/calidad. Sobre 5000 m2, donde antes vivía una familia, ahora lo pueden hacer por lo menos 20. Se intenta aprovechar al máximo el espacio de los terrenos y los altos y bajos en las construcciones.
  • Los costos de construcción y de expensas son menores en los townhouses, en comparación con los condominios. Entre otros motivos, porque, a diferencia de estos, los espacios comunes son más reducidos. Por ejemplo, los ingresos a cada unidad en un townhouse son privados; no hay un lobby central.

Dar respuestas inteligentes y accesibles a un sector medio que demanda viviendas en una zona que aumenta su densidad poblacional es la consigna de los desarrolladores. Los townhouses, en este escenario, son una alternativa más que atractiva.

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