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Los proyectos inmobiliarios con financiación propia son una alternativa que sigue en pie. Para acceder hay que tener un ahorro previo. Pero, a diferencia de los bancos, no hay que calificar ni cumplir con una relación mínima entre salario/cuota. Usuarios finales e inversores aprovechan sus ventajas.
La turbulencia económica le puso freno a los créditos hipotecarios. Estos no desaparecieron, pero son menos accesibles para la clase media. Y quienes buscan mudarse o acceder a la primera vivienda, al igual que los inversores que quieren proteger sus ahorros de la devaluación, se apoyan en las financiaciones de las propias empresas constructoras o desarrolladores, a través de fideicomisos al costo o sistemas de tipo cooperativo.
De acuerdo con los datos del Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires, en el mes de junio (último dato disponible) la compra de inmuebles con crédito hipotecario cayó un 25% respecto del mismo mes del año pasado. Esto está directamente relacionado con el aumento del precio de las propiedades en pesos por el incremento en el valor del dólar y la suba de las tasas de interés. La consecuencia es que sean menos los que califican para pedirle prestado al banco la suma necesaria para concretar la compra.
La financiación de los mismos desarrolladores
“Independientemente de que los créditos UVA decrecieran en otorgamientos, los fideicomisos al costo en pesos nunca dejaron de realizarse. Se trata de un sistema consolidado, que probó su buen funcionamiento y que está en plena actividad”. Así lo explica Darío López, socio de Arquitectonika, una desarrolladora con varios inmuebles en ejecución en Ciudad de Buenos Aires y en la zona norte del GBA. “A los compradores finales se le sumaron los inversores de renta”.
El ejecutivo se refiere a los inversores que cuentan con un capital y que deciden refugiarse en el Real Estate. Ellos están atentos no sólo a que el resulta una buena cobertura a largo plazo, sino también a que, con menos crédito hipotecario disponible, el alquiler (y por tanto los inmuebles para renta) vuelve a estar más demandado.
“Hoy en día, los créditos hipotecarios se utilizan para comprar viviendas usadas, pero todavía no se han utilizado para el desarrollo de nuevos proyectos. Es por eso que nosotros seguimos trabajando en el financiamiento propio en nuestros lanzamientos”, señala José Iribarren, director comercial de Eidico.
Para vivir y para ahorrar
Claro que la financiación de los desarrolladores no es apta para todos los públicos. Pero sí para el enorme segmento de clase media que tiene algo de ahorro e ingresos para pagar una cuota, pero que no podría comprar 100% al contado. También es una alternativa para los ahorristas que quieren protegerse de los efectos de la devaluación. En general, se paga un anticipo en torno al 30%, que suele pactarse en dólares. Y después se pagan cuotas hasta la posesión del inmueble, que rondan entre 24 y 36 meses.
Gustavo Llambias, vicepresidente de AEV -Asociación de Empresarios de la Vivienda- y socio de la desarrolladora Red Real Estate Developers, enfatizó recientemente en una entrevista en El Cronista que “los fideicomisos al costo se mantienen como una alternativa para acceder a la casa propia para los sectores que están en condiciones de pagarla en tres años. Además, se mantiene como una opción para los inversores en Real Estate”.
“El financiamiento de los desarrolladores para la compra de lotes y de viviendas es muy fructífero tanto para quienes buscan generar ahorro, para los inversores, como también para quienes serán usuarios finales también”, manifiesta Iribarren, de Eidico.
Ignacio O´Keefe, de la inmobiliaria homónima, dijo en declaraciones al mismo diario que “ante la imposibilidad de obtener créditos UVA con condiciones favorables, los fideicomisos vuelven a cobrar relevancia”. Aunque remarcó también el corto plazo de pago como una limitante para muchos sectores de la población.
Mirar con quién
A la hora de entrar en un proyecto financiado por el propio desarrollador, sea como usuario final o como inversor, lo importante es asegurarse y tomar todos los recaudos para saber con quién se está firmando un contrato.
“Lo importante es tener un buen proyecto y que esté bien ubicado, con desarrolladores con respaldo y eficaces para transitar estos momentos de incertidumbre, que puedan llevar el emprendimiento a buen término”, subraya López como consejo para quienes están buscando una propiedad en la cual invertir.
En el mismo sentido que su colega, Llambias destaca que “los fideicomisos funcionan muy bien, como pasa con cualquier estructura legal, cuando está gestionada por gente experta y que actúa con profesionalismo y cumpliendo las reglas”.