La tendencia predominante que observamos en el mercado es la dificultad de la clase media para acceder a la primera vivienda. Hoy suceden dos cosas: por un lado, el mercado ofrece inmuebles de primera vivienda a valores poco accesibles para quienes demandan este producto y, por otro lado, el crédito hipotecario es una opción escasa, y en los casos que se otorga, los intereses son altísimos.

Únicamente un porcentaje reducido de la población percibe ingresos suficientes como para abonar la  cuota de un préstamo para adquirir un departamento promedio. Además, mientras el poder adquisitivo del salario continúa deteriorándose, la inflación empuja el alza de las tasas de interés, el precio de los inmuebles aumenta, se pierde capacidad de ahorro y el sistema bancario no termina de flexibilizar sus condiciones.

Frente a este panorama, lo que las personas buscan es confianza, que alguien le administre eficazmente sus ahorros logrando una buena inversión.
Históricamente, el argentino usa a los ladrillos como refugio de valor. Esta práctica se extendió tras la crisis de 2001 por la desconfianza en el sistema financiero y la escasa seguridad jurídica.

En síntesis, debido al déficit de vivienda y al hecho de que el acceso a créditos hipotecarios exige condiciones muchas veces inalcanzables, los desarrolladores inmobiliarios debemos plantear productos que alcancen a la clase media y baja de la población con sus posibilidades reales.

Lo que estamos haciendo con este proyecto de casas es adaptar el modelo de desarrollo al costo a la construcción de un barrio, pero con casas terminadas. Eidico Casas funciona mediante el aporte individual de todos los suscriptores. La suma de todos sus aportes genera el ingreso necesario para el desarrollo. Así es como se consolidó Casas de Santa María y Casas de San Patricio. Bajo el mismo sistema lanzaremos en septiembre, el Complejo Santa Ana, ubicado en Villa Nueva.

Para más información te invito a que ingreses en nuestra página web.

Jorge O´Reilly

Director