Familia y empresa, por un sano equilibrio

El martes 15 de noviembre recibimos un premio muy especial. En el Salón Dorado de la Legislatura porteña, la Fundación Proyecto Padres y el IAE nos otorgaron el premio Hacia una Empresa Familiarmente Responsable en la categoría Pyme. Basaron su decisión en las prácticas que fomenta Eidico como empresa, destacando el reglamento de convivencia interna, no sólo por ser una práctica que beneficia a la familia y al día a día, sino también por ser un hábito consensuado y avalado por todos los directivos y empleados.

Lo destacable de este premio es, además de ser un reconocimiento que nos llena de orgullo, el comprobar que otros confirman –y premian– lo que siempre sostuvimos. “Eidico es una empresa familiar”, fue un lema que pisó fuerte desde el nacimiento de nuestro primer proyecto. Con el tiempo, el lema se transformó en un hábito, en una costumbre de todos los días, motivada por prácticas como las premiadas, pero también por eventos, como el Eidico Cross & Family Day, donde la familia se expandió y sumó a los propietarios.
En nuestros lanzamientos, visitas a los barrios o reuniones informativas, los chicos siempre tienen un lugar, no sólo para ellos, sino también para sus padres, que encuentran la grata noticia de saber que sus hijos son bienvenidos. Es que en definitiva el lote o la casa también son para ellos.
“La familia y la empresa no son enemigas, sino que deben estar unidas”, expresó Mateo Salinas –Gerente general– cuando recibió el premio. Es en esa unión donde se logra el verdadero bienestar del empleado, que luego repercute en su trabajo. Quien encuentra en su vida profesional la libertad de convivir con su tarea de padre, puede decir que ha encontrado un balance, un sano equilibrio entre el amor a su profesión y el amor a los hijos; índices, ambos, del sentido de nuestras vidas.

Por último, cabe destacar el premio en sí, ya que consideramos que el reconocimiento de este tipo de iniciativas es sumamente beneficioso para el ámbito laboral. Felicitar a las empresas que respetan y defienden la familia es, sin dudas, una manera de convocar al ejemplo. Y, hacerlo, fomentan un cambio en la valoración de la familia como la base de la sociedad.