¿Pueden las empresas y los emprendedores aliarse para crecer? Eidico e INICIA trabajan juntos para difundir la cultura de la apertura y la información, para que entre ambos puedan potenciarse en el camino de la innovación.

Para empresas con una importante trayectoria como Eidico, uno de los ejes a priorizar suele ser el de la innovación. El impulso por no conformarse con los sistemas actuales e ir más allá, buscando adaptarse a un contexto y un público en constante cambio. Para INICIA, la clave de esta innovación se encuentra en el irreemplazable vínculo entre las empresas y los emprendedores y, por eso, invitamos a Alejandra Méndez, directora ejecutiva, a conversar en vivo con Mateo Salinas, gerente general de Eidico, sobre las claves en esta relación.

INICIA es una asociación de emprendedores que nació en 2002 como respuesta a la crisis de desempleo estructural del momento. Desde entonces, su rol ha sido el de formar puentes entre emprendedores y empresas para que ambos puedan potenciarse en el camino de la innovación. Alejandra, directora ejecutiva, explica que INICIA se alía con empresas como Eidico, con la cual trabaja desde 2004, para aportar recursos, información y acompañamiento a aquellos que tienen una idea que buscan emprender. 

Hay que complementarse

Mateo y Alejandra coinciden en que muchas veces el limitante para el apoyo de emprendedores en las empresas es el miedo a compartir información, a abrir su infraestructura y a incluir lo externo. Para ellos, la única alternativa es perder ese miedo, ya que la clave del crecimiento hacia el futuro será la capacidad de conectarse y asociarse con aquellos que tienen las ideas y que buscan cambiar el paradigma. Y gran parte de este talento solo puede encontrarse “hacia afuera”.

La importancia de levantar estos puentes se hace evidente cuando vemos las falencias y las ventajas que cada parte presenta. Por un lado las empresas tienen una marca con prestigio, los recursos para invertir y canales de comercialización ya establecidos. Toda esta infraestructura les da una ventaja importante a la hora de salir al mercado, pero a la vez, puede llevar a la complacencia y a que su sistema quede estancado u obsoleto.

Por otro lado, los emprendedores suelen tener desarrollos más ágiles, ideas más frescas y un mejor feedback de su comunidad y externo. Su principal limitación se encuentra en todo aquello que la empresa puede proveer: Recursos e infraestructura.

Por lo tanto, para lograr una conexión fructífera con el mundo del emprendedorismo, lo primero que una empresa tiene que hacer es identificar esos “dolores”, procesos que estén estancados o problemas que necesiten solución. Es ahí donde, a través de relaciones como las que fomenta INICIA, un emprendedor puede llegar con la idea que rompa el esquema establecido y aproveche los recursos de la empresa para innovar en estas falencias. Muchas veces esto se logra a través de concursos, como los que INICIA y Eidico han organizado, en el que se convoca a ideas que puedan generar valor en el proceso productivo.

Un largo camino

Para Mateo, gerente de una empresa que nació con el espíritu emprendedor y una sistema novedoso para llegar a la vivienda, es importante recalcar que el emprender e innovar son caminos largos, y que no podemos dejar nuestro juicio sobre ellos en el corto plazo. Sostiene que a esa creatividad inicial hay que sumarle un arduo proceso y muchas horas de trabajo. Y aún así puede que no podamos cosechar sus frutos por un buen tiempo. Además, hace hincapié en que la innovación no es un simple cambio superficial o la elección de una alternativa. Innovar supone hacer algo que no está probado, y que por lo tanto puede fallar inicialmente en varias instancias. Pero que, a la larga, va a fortalecer todo el engranaje productivo.

Para poder dar con esa idea revolucionaria es fundamental el trabajo que INICIA realiza con su organización de eventos, challenges y concursos. Así, los emprendedores pueden llevar su creatividad a la práctica y mostrar las mejoras que tienen para ofrecer, mientras que las empresas pueden interiorizarse de las ideas que circulan en el mercado, ver las alternativas a sus procesos actuales y deshacerse de la noción de “para qué cambiarlo si ahora funciona bien”. Para Mateo la clave es no mirar a lo nuevo o a lo externo como competencia, sino como una oportunidad para mejorar lo propio en la empresa.

Tanto él como Alejandra coinciden: para crecer con la innovación hay que modificar la cultura. Cambiar el miedo por el espíritu de la abundancia y abrirse hacia afuera para poder desarrollar internamente.