La tranquilidad de una vida en Carmelo, Uruguay, es tentadora para quienes buscan escapar de la ciudad. En esta nota, un testimonio en primera persona sobre cómo es vivir a un hora y media de Capital Federal.
Santiago Sanz viajó a Carmelo, Uruguay, con la idea de quedarse un par de años por trabajo, sin siquiera conocer la ciudad. 8 años después, el actual jefe de proyecto del barrio privado Carmelo Golf, desarrollado por Eidico, confiesa estar enamorado del lugar. “La verdad que es espectacular, como muchas veces decimos, un secreto bien guardado”.
Para él, uno de los principales atractivos de la zona es que cuenta con una población muy chica pero una infraestructura de gran desarrollo. Con tan solo 18.000 habitantes, Carmelo tiene un colegio bilingüe de doble escolaridad, un sanatorio de gran nivel, buenos restaurantes y más.
La cercanía
Para un porteño, Carmelo se ubica a una distancia inmejorable. Con tan solo una hora y media de viaje en lancha, uno puede encontrarse en las claras playas de la costa uruguaya, o de vuelta en Capital Federal por cualquier compromiso de trabajo.
Esta cercanía es conveniente tanto para quien vive en Carmelo, como para sus seres queridos, como explica Santiago. “Estar cerca hace que la gente quiera venir a visitar, y también le permite a uno volver a Buenos Aires para ver a la familia. Es más fácil mantener el contacto”.
Un cambio posible
La transición de la vida de ciudad en la Argentina a una ciudad más pequeña en Uruguay puede traer dudas e incógnitas. “Viniendo de una ciudad grande, uno no conoce cómo puede cambiar la vida cotidiana y la rutina”, recuerda Santiago. Sin embargo, una vez asentado en Carmelo, descubrió una contención y familiaridad que lo hicieron sentir bienvenido.
En primer lugar, el sanatorio privado de Carmelo, que cuenta con una inversión importante, ofrece atención de gran calidad e incluso trabaja con obras sociales argentinas. Por otro lado, el colegio Bilingüe le garantiza una educación de primer nivel para sus hijos. Además el trato de la gente en Uruguay siempre fue muy ameno. “La gente es super servicial y cálida”, cuenta Santiago.
Carmelo Golf
Eidico desarrolló Carmelo Golf, ubicado a 4 km del centro de la ciudad. Y como jefe de proyecto del barrio, Santiago disfruta a diario de todo lo que éste ofrece. No solo cuenta con la mejor cancha de golf de Uruguay, sino que tiene un atractivo para todo el que quiera disfrutar una vida de descanso en contacto con la naturaleza. Tomar mate en las playas de arena blanca, hacer kayak, cabalgata, jugar al tenis e incluso visitar una de las 7 bodegas que rodean al barrio para probar los mejores vinos del país, son algunas de sus perlas.
A futuro, Santiago ve una tendencia clara en el barrio: “Si bien Carmelo Golf arrancó más como un lugar de segunda vivienda o para el fin de semana, lo que se está viendo es que mucha gente decide venirse a vivir”.
Este crecimiento en la población residente lleva a que la inversión en la infraestructura de la ciudad continúe desarrollándose, generando que cada vez haya más para disfrutar en Carmelo. Según sus estimaciones, en más del 30% de las casas del barrio hay gente viviendo permanentemente. Además, hay un mix de perfiles entre quienes habitan Carmelo Golf, desde gente que se jubila y se va a vivir a Uruguay, hasta parejas jóvenes que se mudan con sus hijos pequeños.
Para aquellos que aún no se deciden a hacer el cambio, Santiago aconseja: “tomen la decisión porque no se van a arrepentir, se puede vivir otra tranquilidad estando a pasos de la Ciudad de Buenos Aires”.
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