SANTA TERESA

Texto: Sofía Stavrou

Constanza Sanguinetti sabe disfrutar de las cosas simples: bailar hasta llenarse de nueva energía, contemplar un atardecer con sus hijos, compartir un buen asado con amigos, observar a los animales… pero se pregunta si todo esto fuese posible fuera de su refugio familiar. A continuación, nos cuenta por qué eligió Santa Teresa como su barrio preferido.

¿Qué es lo que más disfrutás de tu casa en Santa Teresa?

Disfruto mucho de estar en la calle con los chicos jugando, de mirar la laguna, de caminar y respirar este aire de campo y, a la vez, saber que no estamos tan lejos de todo. Disfruto de llegar a casa y sentirme segura, bajar tranquila del auto, no necesitar rejas y poder contemplar los patos, las liebres y las lechuzas. Lo más lindo es llegar al barrio y conectarse con la naturaleza.

¿Qué aporte positivo trajo el barrio a tu vida?

 Junto con Alejandro, mi marido, creamos “Nuevos Sentidos” donde trabajamos haciendo yoga, meditación, PNL, coaching y talleres de formación y vivenciales. Como trabajamos cerca de casa, tenemos más tiempo disponible para disfrutar del hogar en familia para disfrutar de ver a mis hijos hacer lo que yo hacía cuando era niña: jugar en la calle, dibujar con tizas, jugar a las escondidas. Yo también aprovecho esa libertad para tocarle la puerta a una amiga o vecina para tomar un mate ¡aunque sea un miércoles!

Si tuvieses que elegir un recuerdo o algún momento preferido vivido en Santa Teresa ¿Cuál sería?

Cuando Lucas, uno de mis hijos, tenía un año y medio, jugábamos mucho en la calle y disfrutábamos de ir a la plaza del barrio. Allí conocimos vecinos con los que terminamos siendo muy amigos. También la suelta de peces, el primer año en que vivíamos acá, fue un evento muy lindo en el cual las familias participamos y cada chico metía a la laguna un pez para que luego se reproduzca.

 ¿Santa Teresa marcó un antes y un después en tu rutina?

¡Si totalmente! Fue un antes y un después: primero porque vinimos con nuestro primer hijo de chiquito y luego nació nuestra segunda hija, así que aquí vivimos toda la educación de los dos: elegimos el colegio que queríamos para ellos y cambiamos de trabajo para estar más cerca y disfrutar más de la casa todos juntos.