Transformar una casa o un departamento a nuestro gusto es un desafío que a veces puede terminar con un resultado indeseado y/o costos adicionales. En esta nota te contamos qué hacer y qué no hacer en una remodelación para que no aparezcan sorpresas en el camino.
Texto: Dolores Ayerra
¿Lavada de cara o cambio profundo? Llevar adelante la remodelación de un inmueble requiere de un conjunto de decisiones que van más allá de lo estético. Ya sea para reformar una casa o un departamento, para realizar arreglos simples o dar un giro de 180 grados a la propiedad, hay una serie de reglas que siempre deben estar presentes en una reforma y que atraviesan cualquier tipo de obra.
En Eidico consultamos a expertos en la materia y armamos un resumen con los highlights, útiles para todos los casos.
Pedir documentación y asesoramiento
Hacerse de toda la información previo a decidir cualquier cambio es el primer paso obligado. ¿Qué quiere decir? Aunque la refacción sea pequeña, “al momento de encarar una reforma es importantísimo contar con la mayor documentación posible de la vivienda original, ya sea en planos como en fotos”. Así lo explica el arquitecto Esteban Chicco, del estudio Grupo Pauta. Con él coincidió Agustina Raspagliesi, arquitecta y directora de Bricons, empresa constructora, quien agregó que, además, existe un tema de reglamentación. “En términos de instalaciones, por ejemplo, hay normativas y un código vigente. Por lo tanto, a la hora de elegir materiales, construir o realizar ampliaciones, hay que tener en cuenta las medidas mínimas y las normas exigidas”.
A su vez, la elección de profesionales matriculados fue destacada por ambos especialistas. “En el caso de que la remodelación sea con ampliación, por ejemplo, se tienen que presentar los planos en los distintos organismos mediante un profesional matriculado”, remarcó Chicco. Por su parte, Raspagliesi señaló que un asesoramiento con profesionales y expertos matriculados tendrá otra visión y conocimiento a la hora de plantear los arreglos.
Pero también existe un tema de gastos. En este sentido, el referente de Grupo Pauta advirtió: “Resulta esencial recabar toda esta información para poder anticipar las tareas tratando de reducir la mayor cantidad de imprevistos, que después repercutirán en los costos finales”.
Poner foco en la funcionalidad de la remodelación
Ser prácticos es otra de las reglas de oro. “Previo y durante una obra no hay que perder de vista el aspecto de la funcionalidad en las reformas, teniendo en cuenta la cantidad de personas que vayan a habitar la propiedad y su uso”, resaltó la directora de Bricons. Es por eso, subrayó la experta, que hay que considerar las terminaciones o materiales en cuanto a la función que se desarrolle en cada ambiente. “Siempre debe prestarse bastante más atención a todo lo que es cocina, baño o lavadero porque son lugares en los que, además, están de por medio instalaciones como el agua, fuego, gas”, expuso.
Pero, al mismo tiempo, según Raspagliesi, no hay que descuidar el detalle del uso que tendrá cada espacio. “No es lo mismo un dormitorio o living comedor que una cocina, por ejemplo”. Por esa razón es que la elección de los materiales debe ir de la mano de este elemento. “En lugares con mayor uso quizás sea más importante elegir materiales más perdurables en el tiempo y de un mantenimiento más sencillo”, sostuvo.
En definitiva, el consenso indica que en algunos casos habrá que centrarse en cuestiones más prácticas y funcionales que estéticas. “En un monoambiente con una cocina abierta, por ejemplo, en el que se elige un piso de madera, la decisión de continuarlo a ese sector integrado tal vez no sea la mejor, porque justo en esa zona tiende a percudirse más”, ilustró la arquitecta.
“El mantenimiento y cuidado de un piso de madera contra un cerámico o porcelanato son distintos, más allá de que la madera te brinde mayor calidez”, explicó. “Después, por supuesto, habrá rangos de costos y categorías en cada caso”, consideró.
Contemplar el destino
Similar al punto anterior, también será clave pensar en la finalidad del inmueble a la hora de encarar la remodelación. Es decir, tener en claro si está destinado para uso doméstico, para vender, para alquilar, para un uso profesional, entre otros. Si bien la elección de materiales de terminación y su calidad dependerán de la vida útil de los mismos, así como de la función de cada ambiente; contemplando el destino también se harán elecciones más inteligentes. Por ejemplo: si se apunta a hacer una remodelación más perdurable en cuanto a la parte estética, “se recomienda siempre una elección de materiales y colores bien neutrales (gama de blancos, grises y crudos). Así también, artefactos y griferías que no tengan un estilo muy marcado, para que no pasen de moda ni se tengan que actualizar constantemente en el tiempo”, consignó la directora de Bricons.
Este ejemplo serviría para el caso de un departamento o una casa que se quiera alquilar de manera temporaria, debido a que apunta a un abanico de público numeroso y variado, con gustos diferentes, pero que también tendrá un uso intensivo. De esta manera, algunas elecciones terminarán repercutiendo además en los costos. Si hay accidentes o roturas, por ejemplo, pensar en artefactos que sean simples de cambiar, con repuestos accesibles sería lo ideal, sugirieron los consultados.
En este sentido, Raspagliesi apuntó que hay elecciones que tendrán que ver con decisiones del cliente, pero “se debe tener en cuenta que hay terminaciones más innovadoras que quizás requieran cambios con mayor rapidez que otras más clásicas”.
La importancia de la planificación en una remodelación
Los expertos además destacaron que prever una estructura será la base para organizar el proyecto. Así lo aseguró Mariela Goldfarb, arquitecta y CEO de la Academia Diseña tu Espacio. “No contar con una planificación adecuada en una remodelación puede llevar a decisiones apresuradas, desaciertos en la elección de materiales y mano de obra, y, por ende, costos adicionales imprevistos”.
En esta línea, Raspagliesi añadió que además en las instalaciones hay que tener una correcta planificación. “Si voy a cambiar de sistema de calefacción, por ejemplo, pasando de uno a gas a otro de losa radiante, habrá que proyectar que se llevará a cabo por agua o por electricidad. Lo mismo si coloco splits: habrá que programar que necesitan un sistema de agua, de ventilación, etc”, expuso.
Asimismo, sostuvo la importancia de planificar “un armado de planta y distribución para lograr una mayor eficiencia de los m², sobre todo en espacios que no tengan grandes dimensiones”.
Nunca obviar lo estructural
Es una cuestión a tener en cuenta en la remodelación de cualquier caso. “Hay elementos estructurales que van a ser inamovibles y hay que mirarlos desde el principio para ser conscientes de que cualquier idea, cambio de ambiente, de destino o de distribución de planta, van a estar limitados por estos”, dijo Raspagliesi. “Elementos como columnas, tabiques, hay que contemplarlos o pedir información al respecto”, enumeró. “Hay casos, además, en los que no se pueden cambiar fachadas: ocurre en algunos edificios, por ejemplo; entonces es un problema a la hora de modificar aberturas”, agregó.
No subestimar el presupuesto
Para finalizar, es más común de lo imaginado que se subestime el costo total de una remodelación, aseguró Goldfarb, pero es algo que debe evitarse. “Es importante realizar un presupuesto detallado que comprenda todos los aspectos del proyecto, desde materiales y mano de obra, hasta permisos y licencias”, aconsejó la especialista.
El tándem más requerido en una remodelación
Ahora bien, enumerados los pasos obligados de una obra de remodelación, veamos cuáles son los ambientes que más se reforman. Según Chicco “cocina y baños son los más elegidos, debido a que se trata de áreas en las que más rápido cambian las tendencias y a la gente le gusta estar actualizada”.
“Otra zona que también se busca mejorar constantemente es la galería, la cual cada vez gana más superficie y confort”, señaló el arquitecto del Grupo Pauta, quien ha trabajado también en numerosos proyectos de casas particulares en barrios desarrollados por Eidico como San Francisco; Santa Ana; San Isidro Labrador; Santa Catalina; San Benito; San Marcos; Santa Teresa; San Agustín; Santa Clara; San Rafael; San Gabriel; Santa María de Tigre; Santa Bárbara; El Encuentro; San Matías; San Sebastián y Costa Esmeralda.
En cuanto a los costos, a precios de hoy y en términos generales, el experto explicó que, si bien “es muy difícil realizar una estimación sin conocer las dimensiones, materialidades y el alcance del trabajo a encarar, podríamos decir que la reforma completa de un baño debería costar unos 11.000 dólares y la de una cocina, unos 20.000 dólares”.
Comprar hecho o “a remodelar”
¿Qué conviene más: comprar un inmueble a refaccionar o adquirir una propiedad ya terminada? Esta disyuntiva suele plantearse a menudo en algunos casos. Según Chicco, ambas elecciones tienen sus pros y sus contras.
“Creo que una gran ventaja de una casa nueva es poder tener de primera mano la información por parte del profesional o la constructora y así saber cómo es lo que no se ve”. Además, según el arquitecto, no tiene el desgaste propio del paso de los años y del uso.
Respecto de una casa para reformar, Chicco concedió la ventaja de que los vicios que puedan surgir “son rápidamente visibles” y resaltó que “la vegetación ya está más desarrollada y el barrio seguramente que también”. La otra alternativa, que sugirió como “ideal”, es, en el caso de un barrio privado, por ejemplo, elegir el lote que a uno le guste más respecto a las características y diseñarse la casa en base a sus necesidades, sueños y posibilidades. “Si bien actualmente esta adopción se encareció junto al costo de construcción contra opción de comprar construido, es cuestión de tiempo para que vuelvan a equipararse y es el ideal en términos de que tenés el hogar pensado desde cero en base a la manera que desearía habitar cada familia”, concluyó el arquitecto.