Texto: Patricio Lanusse, Director de Eidico

El fracaso que han tenido los diferentes sistemas previsionales, no sólo en la Argentina sino también en países desarrollados, nos muestran la necesidad imperiosa de organizarnos para llegar a ese momento sin la angustia de quien no sabe cómo hará para conservar un nivel de vida digno.

Organizarse significa planificar algún tipo de inversión que, llegado el momento de jubilarnos, nos genere una renta que de alguna manera complemente los ingresos previsionales. Invertir no es simplemente ahorrar, sino que implica buscar la mejor alternativa para hacer trabajar esos ahorros, animarse a tomar la decisión y ser perseverantes.

Si bien en el lenguaje cotidiano la palabra inversión se utiliza generalmente para referirse a colocaciones financieras como acciones, bonos, canastas de monedas, desde nuestra experiencia podemos hablar de la fortaleza que presentan aquellas inversiones que, además de llevarse adelante mediante un sistema cooperativo, se basan en economía real. Son inversiones que se ven, se tocan, se pueden controlar y cualquiera puede entender cómo funcionan.

Para que una inversión en economía real obtenga buenos resultados, debe reunir tres características fundamentales: que sirvan como refugio de valor, como es el caso de los productos inmobiliarios; que produzcan una renta eficiente, segura, estable, previsible; y que tengan la capacidad de revalorizarse con el transcurso del tiempo.

Bajo este esquema, la cuestión del plazo es fundamental. Ahorrar para el bienestar futuro no es una cuestión de un par de años: es parte de una estrategia de vida que debe comenzarse cuanto antes. El precio de la demora es demasiado alto.