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Creo que hay más de 1 millón de definiciones de “liderazgo”, pero hay una en particular que me gusta: “tener seguidores”. Para que te sigan, además de tener una trayectoria sólida, una formación y tener capacidad técnica hay que ir a lo humano, a la persona. Un líder debe ser aquel que me hace bien a mí, al equipo y, sobre todo, a la empresa. Debe tener en claro que el “empleado” no es un recurso: es alguien como él, a quien debe tratarlo como a él le gustaría que lo traten.
Para que el líder forme su trayectoria a lo largo de los años, si o si debe formar un buen equipo; solo podrá crecer si su gente lo empuja hacia arriba, de esta forma todos tendrán la posibilidad de crecer. La formación de un equipo es crucial y ahí también entra el aspecto humano/personal, es decir, la inteligencia emocional o liderazgo emocional que debe tener un líder. Pasamos prácticamente toda nuestra vida trabajando con terceros, alejados de los amigos y de la familia. Si un líder no logra un ambiente familiar o un ambiente de amigos con el equipo de trabajo se le va a hacer difícil llegar al objetivo propuesto.
El “saber” es muy importante, el “pensar” también, pero hay que “actuar”. Un líder nunca podrá actuar sin un buen equipo, sin personas que lo sigan, sin el desarrollo de vínculos sustentables dentro de la empresa, es decir, sin las relaciones humanas con sus pares y sus propios jefes. Con esto último vuelvo a la inteligencia emocional.
Termino con esta frase: “Conócete a ti mismo y conocerás el mundo”. Hay que conocerse a uno mismo, saber responder a las preguntas esenciales “¿quién soy?” y “¿para qué estoy en esta vida?”, establecer mis objetivos y cumplirlos. Sin hambre y humildad no llegamos a ningún lado.
Director Asociado