La Fundación Oficios surgió en el 2005 para ordenar todas las acciones de solidaridad que surgían espontáneamente de los empleados de Eidico.

Patricio Lanusse, socio y director de Eidico, carpintero, quería armar algo que promoviera el desarrollo de las personas, la integración social y el acercamiento al mundo del trabajo, que respondiera a las necesidades de la comunidad donde se desenvolvían sus emprendimientos. Tal inquietud fue compartida por los socios de las empresas J.P. Urruti, Cardón Cosas Nuestras, Miguens Hnos. que decidieron encarar un estudio para determinar la forma más eficiente de encauzar las intenciones de quienes estaban dispuestos a aportar su capacidad y esfuerzo para alcanzar un objetivo de inclusión social y laboral. Unos años más tarde, se acopla al proyecto la empresa Mieres Propiedades.

El grupo le pide a Santiago de la Barrera su ayuda como consultor, ya que ya había armado una escuela de oficios en La Matanza. Así se formó Fundación Oficios que respondía a las necesidades del país: como consecuencia de los diferentes cambios en la marcha económica y productiva, desde mediados de los ’90 hasta fines de 2003, se produjo en nuestra sociedad un bache generacional de competencias en los diferentes roles ocupacionales de los distintos sectores productivos nacionales, y por ende, la falta de mano de obra calificada para desempeñar dichos roles. Tomando como base el repunte económico surgido en el país luego de la crisis sufrida hacia fines de 2001, y la reactivación de la economía nacional que mostró un importante repunte de los índices productivos, se puso en evidencia la imperiosa necesidad de capacitación y perfeccionamiento de los trabajadores tendientes a cubrir los roles ocupacionales que quedaron al descubierto.

Al principio, comenzaron dando cursos de la Fundación UOCRA. Se trataba de cursos bimestrales con un certificado al finalizarlo.

Durante el año 2007, se impulsó de manera conjunta con el Municipio de Tigre, la Fundación Nordelta, Cáritas San Isidro y la Unión Industrial de Tigre, un relevamiento de las necesidades de formación de mano de obra. De acuerdo a las pautas de creación de la institución, y a las recomendaciones del estudio de demanda laboral, en el año 2009 se presentó ante la Dirección General de Educación y Cultura de la Provincia de Buenos Aires (DGCyE) un proyecto para que en la Fundación Oficios funcione un Centro de Formación Profesional (CFP). En el 2011, se firmó un convenio con la Provincia de Buenos Aires y se creó el CFP N° 405, que permitió otorgar un certificado del Ministerio de Educación al finalizar cada curso. Son cursos de un año y los pueden cursar personas que no terminaron primaria ni secundaria. Además, la Fundación ofrece un Módulo de Desarrollo Humano y Profesional (cómo armar un CV, cómo presentarse, cómo son las entrevistas), que la provincia ya lo agregó a su currícula educativa.

Al ser cursos de un año, el porcentaje de deserción era muy alto, y la provincia exige que haya 14 alumnos para sostener un curso. Por eso, se crearon las tutorías, un espacio de diálogo una vez por mes del alumno con un voluntario.

En el 2013, más de 30 egresados de jardinería pudieron plantar sus propios alimentos, más de 18 adultos pudieron completar un formulario gracias al curso de Alfabetización. Al momento, más de 30 jóvenes están aprendiendo un oficio y terminando el secundario. Cerca del 70% de la gente que hizo un curso, hace otro e inclusive algunos alumnos, se han convertido en profesores.