En Fundación Oficios creemos que la educación es uno de los mejores medios para adquirir más libertad y conciencia.

En la Argentina, como en el resto del mundo, los trabajadores[1] de la construcción son quienes levantan casas, edificios, empresas, oficinas, shoppings, hospitales, universidades, plazas, paseos, monumentos, puertos, vías del ferrocarril, rutas, aeropuertos, teatros.

Durante mucho tiempo, la construcción era un oficio que se pasaba de padres a hijos. Actualmente, existe la posibilidad de aprenderlo a través de la educación técnica o la formación profesional. Esto permite que quienes accedan a este tipo de formación cuenten con más herramientas para desarrollarse y trascender en sus ocupaciones.

“Los tres canteros”

En este sentido, el cuento de “Los tres canteros” (oficio del que se trabajaba en la cantera) ayuda a comprender el punto.

“Hace ya muchos años, se estaba construyendo una catedral. Un hombre pasó de visita por las obras para ver cómo otros trabajaban. Y allí se encontró con tres maestros canteros que, pico y masa en mano, estaban trabajando la piedra para construir el templo.

Se acercó al primero. ‘¿Qué haces, buen hombre?’, preguntó. ‘¿No lo ves?’, respondió el cantero sin siquiera alzar la vista. ‘¡Me estoy matando picando la piedra!’. El visitante no dijo nada; siguió adelante.

Pronto se encontró con otro cantero que estaba igual de cansado y cubierto de polvo. ‘¿Qué haces, buen hombre?’, preguntó también. ‘¿No lo ves? ¡Trabajo de sol a sol para mantener a mi mujer y a mis hijos!’, respondió el cantero.

En silencio, el hombre se encontró con un tercer cantero. Como los anteriores, estaba agotado de tanto trabajo. También a él le ocultaba el rostro una costra de polvo y sudor. Pero en sus ojos, igualmente lastimados, se adivinaba cierta complacencia. ‘¿Qué haces, buen hombre?’, le preguntó. ‘¿No lo ves?’, respondió el cantero, sonriendo con orgullo. ‘¡Construyó una catedral!’. Y con su mano tendida indicó el valle donde se estaba levantando ese templo grandioso”.

La trascendencia del trabajo

Al igual que en el cuento, nuestra experiencia de trabajo, tanto en el conurbano bonaerense como en otros puntos del país, nos demuestra que muchas veces las condiciones de los trabajadores están inmersas en la informalidad, o no respetan los derechos del trabajador.

En este sentido, tenemos la convicción de que la educación nos permite a todos conocer nuestros derechos y nuestras obligaciones. Y nos permite explotar nuestras capacidades en beneficio personal, de nuestras familias, además del aporte que podemos hacer a la sociedad.

La otra cara de la moneda (no contar con educación) nos va a mostrar lo complejo que se torna el desarrollo personal sin haber transitado por el afecto escolar y familiar.

La idea del cuento tiene que ver con la trascendencia que para nosotros tiene la actividad creativa y constructiva. Creemos importante destacar las distintas ópticas con las que podemos ver la realidad. Y resaltamos el valor de lo que aportamos día a día para construir una sociedad más justa, más digna y accesible para todos.

 

Sergio Moreno

Director Ejecutivo de Fundación Oficios

[1] El uso del lenguaje que no discrimine ni marque diferencias entre hombres y mujeres es una de las preocupaciones de Fundación Oficios. Al día de hoy no hay un acuerdo lingüístico sobre la manera del uso correcto del idioma. Es por eso que en este artículo, como en los anteriores, ejercemos la opción de emplear el masculino neutro clásico. En este artículo, cada mención a tal género representa a hombres y mujeres.