La Fundación Oficios, creada por iniciativa de empleados de Eidico, tiene el objetivo de promover la inserción sociolaboral de los sectores de la comunidad de menores recursos, a través de procesos educativos y formativos. Dicta cursos gratuitos de formación profesional integral. Estos son instalación de gas, electricista, soldador, auxiliar de salón y de confección, entre otros. Su director, Sergio Moreno, nos acerca su mirada sobre la educación como herramienta necesaria para el desarrollo personal y la inclusión.
Desde tu perspectiva, ¿qué es lo que hace especial a la Fundación Oficios?
Creo que la Fundación Oficios es la institución a la que todos querríamos ir si quisiéramos aprender un oficio. Lo que nos mueve es darle a los demás lo mejor de nosotros: formación pública integral en el marco de la confianza, la exigencia y el respeto. Profesional y humanamente damos lo mejor que tenemos a nuestro alcance. Hemos caminado por muchos barrios. Hemos visto y escuchado a muchas personas, visitamos sus casas, y esto nos permite conocer parte de su problemática. Quienes se animan a volver a clases tienen la esperanza de crecer, vivir mejor e incorporar un estudio, para contar con más posibilidades en el mundo del trabajo como profesionales de cada oficio. En estos 12 años de trabajo egresaron más de 5.352 personas. Para que esto sea posible, contamos con el conocimiento, la pasión y el compromiso de nuestros docentes y el aporte de empresas y particulares.
¿Hacia dónde se enfoca su trabajo?
En la Fundación Oficios trabajamos específicamente en educación de adultos con baja calificación laboral y/o escolar. Buscamos que la formación integral en oficios amplíe el horizonte de posibilidades laborales, personales y de formación.
¿Por qué este ámbito?
Hay un gran número de argentinos que no han finalizado sus estudios secundarios. La falta de formación escolar, en muchos casos, impide que las personas puedan acomodarse, sostener o mejorar su posición en el mundo del trabajo, ejercer su rol ciudadano, resolver conflictos cotidianos, además de contar con pocas herramientas socio emocionales.
¿Cómo busca la Fundación lograr su aporte?
Una de las maneras de medir la pobreza es por ingreso de los hogares. Creemos que nuestro trabajo, fundamentalmente, apunta a formar personas que busquen y se esfuercen por adquirir autonomía y pensamiento crítico, para poder mejorar y/o salir de la situación en la que viven. Nuestra propuesta para aquellas personas, que hoy dependen de otros o que necesitan asistencia, es que después de formarse, dejen de necesitarla a raíz de su esfuerzo, dedicación y trabajo. Nos enfocamos en dotar a las personas de las herramientas necesarias para mejorar y progresar, reconociendo el lugar y la instancia en la que están.
¿Cómo influye la deserción escolar en la vida de las personas?
No terminar el secundario llena de prejuicios a quienes padecen esa falta y a quienes la observan. Más allá de la falta de contenidos, hay también falta de contención, pertenencia, amistades. Implica no tener adherido el concepto de horarios y puntualidad, ni normas grupales de convivencia, entre un sinfín de cuestiones. Durante todo el recorrido escolar se dan muchísimas situaciones que forman parte del aprendizaje general no vinculado con los contenidos. Por eso, nuestro objetivo es fortalecer a las personas en lo referente a confianza personal, contar con credenciales válidas para el mercado de trabajo, perder el miedo a preguntar y preguntar ante la duda para poder crecer, poder hablar en público, sostener un argumento con fundamentos y reconocerse como personas visibles, valiosas y útiles tanto para ellos mismos, sus familiares y sus semejantes.
¿Cuál es tu mirada sobre la situación en la Provincia de Buenos Aires?
Hace muchos años camino, veo y escucho lo que pasa en el conurbano bonaerense. El trabajo me permitió recorrer muchos barrios y ver la situación general y también la de las escuelas. Las villas y barrios pobres no cuentan con servicios educativos de calidad. Sería muy bueno lograr acuerdos comunes: todos reconocemos a la educación como un recurso fundamental del estado para combatir la pobreza y mejorar las condiciones en las que viven muchas personas. Deberíamos trabajar todos para conseguir mejores resultados. Nosotros trabajamos dispuestos a construir una realidad así y queremos que eso pase.