La novedosa herramienta digital, vigente hasta ahora solo en la Ciudad de Buenos Aires, permite adquirir, desde el primer minuto, una unidad desde el pozo, financiada por un crédito hipotecario a largo plazo. Las posibilidades de este boleto electrónico en las provincias podrían ser grandes, dado que allí los proyectos de real estate son más diversificados y a medida de distintos públicos.

En vigencia desde octubre de 2018 en la Ciudad de Buenos Aires, el Gobierno reimpulsó en marzo último el boleto electrónico inmobiliario (BEI).

La intención oficial es que esta herramienta digital sea también adoptada por las provincias. Asimismo, se busca alentar el crédito hipotecario a largo plazo en ventas desde el pozo y desde el primer minuto en que el proyecto se encuentre aprobado.

Pero, para ello, tanto desde el Poder Ejecutivo, como desde operadores inmobiliarios, entienden que primero es necesario que las condiciones macroeconómicas se equilibren.

Cualidades

En condiciones de tasas de interés razonables y con baja inflación, desde el Gobierno estiman que con el BEI se podría acceder a viviendas 30% por debajo de los valores del mercado.

En este sentido, la posibilidad de contar con esta herramienta en el interior del país se tornaría todavía más interesante que en la Ciudad de Buenos Aires. Sucede que en la Capital los desarrollos desde el pozo se limitan casi exclusivamente a edificios. En cambio, por ejemplo en el Gran Buenos Aires, las posibilidades constructivas se extienden a casas dentro de barrios abiertos o cerrados, y hasta a townhouses y condominios.

Por supuesto, para que el BEI cruce la General Paz es necesario primero esperar a que cada jurisdicción adopte a esta herramienta como propia.

Detalles del BEI

Básicamente, con el BEI, el desarrollador y el comprador en pozo registran electrónicamente el boleto de compraventa. Es requisito para la operación que ambas partes cuenten con firma digital. O bien, que realicen la transacción ante escribano público, quien deberá presentar el boleto en la Plataforma de Trámites a Distancia con su propia firma digital.

Además del objetivo central de motivar a desarrolladores y compradores (y de estimular el crédito), el BEI torna naturalmente más ágiles las operaciones. Y en sí mismo funciona como un documento de respaldo para los bancos. En efecto, estos, a través de esta herramienta digital, cuentan con la documentación digitalizada, lo que les reporta mayores certezas a la hora de otorgar un préstamo hipotecario.

 

 

Según la norma que regula al BEI, estos son los requisitos para acceder a esta herramienta.

  1. Firma digital.

    Las dos partes de la operación deben contar, como se mencionó, con firma digital. Esta se puede obtener a través de la AFIP o de los proveedores de dispositivos criptográficos homologados.

  2. Pago mínimo.

    También es requisito que el comprador posea al momento de la firma del boleto electrónico al menos el 25% del valor de la unidad pagada para poder acceder al crédito bancario.

  3. Documentación exigible al desarrollador.

    Por su parte, el desarrollador debe presentar como parte de la operación:

  • la aprobación municipal de la obra
  • un croquis realizado por un agrimensor con detalle de la superficie y ubicación del desarrollo
  • un seguro de caución frente a cualquier incumplimiento en la obra.

Como se observa, se trata de una herramienta con mucho potencial, en especial para provincias como la de Buenos Aires, donde podría captar incluso un interés mayor que en Capital. ¿Por qué? Porque en las provincias existe una gama mayor de proyectos inmobiliarios, orientados a segmentos de público más amplios. Característica de la que carece la Capital.

Con un panorama económico más claro, el BEI podría constituirse en un gran aliado para quienes, en el Gran Buenos Aires o el interior, aspiran a la primera vivienda desde el pozo, con financiación bancaria.