Por Mónica Fernandez

Con un perfil inquieto, y dispuestos a probar nuevas alternativas pero sin sacar los pies del Real Estate, los que gustan de invertir su capital en ladrillos tienen en el sector turístico todo un abanico para explorar.

Sin humo, chimeneas ni máquinas, el turismo es una de las industrias más dinámicas en el mundo y la hotelería uno de sus servicios asociados más destacados. Se estima que existen unos 187.000 hoteles que albergan 13,5 millones de habitaciones en los cinco continentes, de acuerdo con los datos de STR Global, consultora con base en los Estados Unidos que opera a escala global, analizando tendencias y resultados del sector hotelero.

Como en botica, en hotelería hay de todo un poco y para todos los bolsillos: grandes cadenas reconocidas en todo el mundo, hoteles boutique para viajeros exclusivos, sitios especializados en recibir jóvenes y posadas de playa o de montaña, para los amantes de la naturaleza. De la misma manera, quienes están detrás de esas “H” luminosas son desde grandes empresarios hasta familias emprendedoras o inversores no estratégicos, como se conoce en el mundo de los negocios a quienes ponen el capital -todo o una parte del él- pero no se ocupan de la operación porque no conocen del tema.

Un mundo atractivo, en el que vale la pena entrar a indagar, ver y comparar y en el que una oportunidad de inversión puede estar asociada a un gran placer: viajar y conocer nuevos lugares.

En la Argentina, desde hace algunos años la tendencia es tomar vacaciones más cortas pero más veces al año; y esto fomenta la idea de invertir en el sector turístico y atar un combo que permita capitalizar los ahorros, y a la vez disfrutar de la inversión. En este sentido los feriados largos, los colegios que suman un receso en septiembre, y las empresas que prefieren que sus empleados no se ausenten un período prolongado de tiempo, son tierra fértil para que los emprendimientos turísticos tengan público todo el año. La fórmula de inversión en hoteles encuentra alternativas en territorio nacional y en el exterior. Son muchas las cadenas y grupos vacacionales que ofrecen la posibilidad de “asociarse” al emprendimiento de distintas maneras y en diferentes magnitudes. Si de lo que se trata es de ensamblar inversión y placer, las propuestas tienen que ver con condo-hoteles, fractional, barrios privados de mar o montaña, o edificios en zonas turísticas diferentes al concepto de tiempo compartido, en el que sólo se compra un derecho a uso que caduca y no se rentabiliza.

“La perspectiva para la hotelería ha mejorado desde mediados de 2013”, asegura el último informe semestral de la consultora Horwath HTL. En su Global Hotel Market Sentiment Survey, sostiene que mientras las tendencias del turismo siguen cambiando, la mayoría de los hoteleros permanecen optimistas en cuanto al desempeño y la salud de la industria.

La inversión no estratégica en hoteles tiene un retorno estimado sobre el capital invertido de entre 10% y 12% anual. Un dato para tener en cuenta: es una inversión que necesita su tiempo para madurar y dar frutos. No es apto para quienes buscan negocios de entrada y salida rápida, como, por otra parte, no es de ese estilo ninguna inversión inmobiliaria.

La ruta del inversor “turístico”

Tomando el mapa y viajando por la ruta de los proyectos que promociona Eidico, las propuestas aparecen ya en Buenos Aires, en pleno centro porteño, donde se están dando las puntadas finales al Hotel Tango de Mayo. Un edificio del año 1913, realizado por el arquitecto italiano Fausto di Bacco, que fue puesto en valor respetando toda su historia. Los inversores pueden participar a través de la suscripción de acciones por un valor de $220.000. Como “socios” del hotel -está estructurado de manera que el inversor obtiene acciones- recibirán una parte proporcional de la renta que genere y de la ganancia del restaurante. Además, se hacen acreedores a alojarse en el hotel un período de días pre-establecido por año. La idea puede ser tentadora no sólo para quien busca una inversión en ladrillos diferente, sino también, por ejemplo, para quienes viven en el interior y gustan de venir a la Capital. La inversión parte en 220.000 pesos y para ver rentabilizarse el proyecto habrá que esperar a que el hotel se afiance. Los resultados empezarán a verse a partir de su inauguración a fines de este año, con una rentabilidad promedio estimada del 10%.

“Las llegadas internacionales a la Argentina alcanzaron cerca de 5,5 millones en 2013, según el Consejo de Turismo de Argentina, lo cual posiciona al país como el segundo destino de América del Sur más visitado en términos de turismo de entrada, sólo superado por Brasil”, explica en un informe Carolina Spinelli, directora de Horwath. En ese contexto, las proyecciones de la consultora para las inversiones en hotelería en la Argentina son alentadoras. “Esperamos ver el mercado de transacciones más activo en 2015 tras el recambio presidencial. Creemos que los inversores asumirán que los precios de los activos estarán en alza tras el cambio de gobierno”, concluyó Spinelli.

Cruzar las fronteras

Si la idea es globalizar la inversión y, por qué no, tener fuera de la Argentina un pedacito de “tierra” propio que nos haga sentir como en casa cuando somos turistas, el mapa también nos muestra destinos posibles.

Por un lado, la mítica Miami, con su mix de playa, glamour y compras. Aquí la opción es el Lord Balfour un hotel de 64 habitaciones que funciona desde 1940 y que fue puesto en valor y modernizado. Está ubicado sobre Ocean Drive, al sur de la 5ta Av, en una zona conocida como Sofi District. Acaba de cumplir su primer año de operación con resultados muy atractivos. Se espera, en régimen, una renta equivalente al 10% anual sobre la inversión. Para convertirse en inversor el capital mínimo es de U$S50.000 y se obtiene derecho a usar las instalaciones y ocupar una de las habitaciones durante una semana al año.

En el entorno paradisíaco de las playas del Pacífico, Bárbara de Tamarindo es un proyecto que está en construcción -y cuya primera tapa termina en 2015- en Costa Rica. Está estructurado como un Condo Hotel y la renta también se reparte bajo un sistema de pool: el inversor recibe una parte proporcional de la utilidad que dé el emprendimiento, independientemente de la ocupación de la unidad que compró. El hotel estará operado por el grupo Fen, con vasta experiencia en el rubro en Latinoamérica, que utilizará su marca de hoteles boutique “Esplendor”. A su vez, Costa Rica es un destino cada vez más visitado. La cantidad de turistas que reciben anualmente se duplicó en los últimos 10 años, llegan a más de 2,5 millones de visitantes por año y este número crece a una tasa anual superior al 10%.

Destinos para distintos gustos y bolsillos, que enamoran por sus playas o su historia, que nos permiten diversificar los ahorros sin salir de lo que más seguridad nos da a los argentinos, que es invertir en ladrillos.

Por qué no, subirnos a un vuelo imaginario y empezar a explorar las posibilidades que hay en el mercado y las chances de nuestro bolsillo.