Mateo Salinas, gerente general de Eidico, escribe esta carta a quienes trabajan con él, y reflexiona sobre el momento que estamos viviendo, en el que se nos interpela a levantar la cabeza y mirar hacia afuera.
Estos días estamos viviendo una prueba difícil como sociedad. Un virus nos amenaza. Pero también nos invita a unirnos, a dejar de pensar individualmente para tener más en cuenta a los demás.
La solidaridad, la mirada hacia el otro, la salud sobre la economía, la generosidad para con el que tiene más riesgo que yo, en fin… Millones de situaciones que nos hacen ver lo vulnerables que somos. Lo primero que nos surge es cuidarnos, mirar para adentro. Y el virus nos obliga a levantar la cabeza y mirar hacia afuera.
La histeria, la ansiedad, la angustia y el miedo se apoderan de los sentidos, y cada uno batalla como puede contra eso.
Es un tiempo donde la oración, la calma y la serenidad son indispensables, y también la responsabilidad.
Para Eidico, esta situación no es dramática en términos económicos. Nuestro negocio no es de los primeros en jaque. Como líder les comparto que siento mucha angustia por todos los amigos que están en una situación de supervivencia. Pero estoy esperanzado al ver los gestos de la clase política, que deja a un lado las diferencias para unirse por el bien común.
Como empresa de servicios, podemos realizar la mayoría de nuestras tareas desde un lugar remoto. Pero parte de nuestra cadena, como los contratistas, están directamente afectados, ya que hasta el 31 de marzo no pueden continuar con las obras por la orden de aislamiento preventivo, social y obligatorio. Es por eso que, con foco en nuestro cliente, nuestra prioridad es atender sus inquietudes, escucharlos y garantizarles la atención de calidad y calidez que siempre intentamos brindar, para que sepan que apenas podamos, volveremos a la normalidad del avance de las obras. Acompañando la situación, nuestro camino interno fue paulatino: guardia por sectores y ahora con los nuevos anuncios decidimos que lo mejor es cerrar la oficina y trabajar todos desde casa, como lo estamos haciendo en este momento.
Como les fuimos contando, armamos un Comité de Crisis en el que diariamente vamos compartiendo las decisiones y los avances.
Fuimos dando pasos serenos y confiables, probando los sistemas, probándonos en una modalidad de trabajo distinta, cumpliendo las etapas con éxito. Logramos atender remotamente a nuestros clientes, también a los proveedores y sus pagos.
Como organización entendimos que no es tiempo de vacaciones, sino de trabajo en casa, que nos obliga a generar rutinas diferentes. Y me parece que el proceso que vivimos esta semana fue con gran acierto.
Es un desafío nuevo para cada uno, para demostrarnos que tenemos capacidad para la automotivación, para la autogestión, bajando la necesidad de controles y burocracia hacia la interdependencia de tareas. Es una gran oportunidad para que cada uno pueda aprender a organizarse y a cumplir las múltiples funciones que nos tocan en estos días. Madres, padres, maestros, profesores de gimnasia, profesionales, limpieza, todo en el mismo lugar en el mismo espacio, nos lleva a un crecimiento y a un desarrollo acelerado impresionante. Este desafío nos pone a prueba, pero también nos da un empujón.
Una vez más Eidico funciona, el grupo se une, la responsabilidad surge y los pasos difíciles se dan. Y con tranquilidad y confianza puedo asegurar que estamos preparados y listos para lo que tenga que venir.
Sin duda esta situación se va a superar como muchas otras. Y tendremos que salir a reconstruir la sociedad desde donde quede. Y una vez más Eidico será protagonista de ese proceso, como lo fuimos en estos 25 años.
Cuento con ustedes más que nunca.