Crear lazos entre vecinos de una comunidad es la tarea de nuestro equipo de Desarrollo Comunitario. En Pilar, desarrollamos el proyecto Mi Parque junto a la Fundación Irradia, vecinos e instituciones educativas de la zona para embellecer la emblemática Plaza 17 de Octubre.
Fiel a su espíritu desarrollador de comunidades, Eidico, a través de su equipo de Desarrollo Comunitario, se propuso un nuevo desafío. Esta vez fue en Zelaya, partido de Pilar, donde se erigen los barrios San Sebastián y Pilar del Este. Con ese fin, se contactó con la Fundación Irradia, que organiza desde hace más de 10 años el programa Mi Parque.
Esta iniciativa tiene una metodología ya probada en Chile, que promueve la unión de la comunidad, a través del mejoramiento de un espacio público. En el país trasandino ya cuenta con 300 experiencias exitosas. Para ello, se suman compromisos públicos, empresarios, voluntarios y vecinales. Y cada parte involucrada diseña su propio parque y luego ejecuta las ideas. Esta última instancia se da en una jornada donde cristaliza lo trabajado en equipo.
La sencillez que suponen estas tareas permite afianzar los lazos de un barrio o una localidad y el sentido de pertenencia de sus vecinos. Zelaya, en este sentido, no fue la excepción.
Paso a paso
Fueron convocados los vecinos de Zelaya, Pilar del Este y San Sebastián, que realizaron 3 talleres participativos los días 26 de junio, 16 de julio y 17 de octubre. Estos se dieron en la Escuela N°12 de Zelaya y la elección de este ámbito no fue casual. Se pensó estratégicamente en esta escuela, tras la finalización del turno tarde de los alumnos. De este modo, fue posible que la comunidad de padres participara junto a sus hijos.
En primer lugar, se abordaron fortalezas y debilidades de la Plaza 17 de Octubre. Y, asimismo, se propusieron mejoras. Entre las bondades de este espacio público, vecinos, miembros de Fundación Irradia y de Desarrollo Comunitario de Eidico, identificaron lo siguiente.
- La sombra que propicia la plaza en verano.
- Su carácter como ámbito de encuentro y de picnics primaverales.
- El buen estado de los bancos.
- Las actividades musicales y de gimnasia que se dan ahí.
Como contraposición, se marcaron, entre otras, las siguientes debilidades: suciedad, barro en algunos sectores y un arenero que se inundaba con la lluvia.
Identificados esos ítems, se arrojaron varias propuestas de mejora. Y se definió que las más atractivas serían las siguientes.
- Pintar un mural con vecinos y la colaboración segura de chicos del Jardín N° 906 Cecilia Bernal de Pereyra y los alumnos de 6° año de la Escuela N° 12.
- Rellenar el arenero.
- Plantar plantas nativas.
La jornada final
El “día D” fue el jueves 24 de octubre, entre las 10 y las 15 hs. A esa jornada asistieron cerca de 200 personas, entre adultos y niños, que dejaron su huella en la plaza.
El diseño del mural estuvo a cargo de la profesora de Arte de la Escuela N° 12, en colaboración con los alumnos. Una parte fue intervenida con tapitas de plástico que juntaron las familias del Jardín N° 906 días previos. Y para el arenero se colocaron 5 m2 de arena.
En cuanto a la flora nativa, se plantaron 150 plantas en diferentes lugares estratégicos. Los ejemplares fueron 50 bulbines, 25 salvias azules, 25 salvias violetas y 50 agapanthus.
Y, más allá del embellecimiento de este lugar clave de Zelaya, los resultados humanos fruto de esta actividad fueron los más celebrados por todos. Hubo alegría y entusiasmo en cada participante. Se acrecentó el sentido de pertenencia y se enfatizó en la importancia del trabajo en equipo. Y, por si poco fuera, al finalizar la jornada, la directora del Jardín N° 906 se comprometió a darle los toques finales al mural en otra jornada directamente coordinada por esa institución. Esto también fue muy valorado por Fundación Irradia y Desarrollo Comunitario de Eidico, dado que el proyecto continúa como propio y no depende de terceros.
Los protagonistas
La colaboración se vivió en todo momento en esta iniciativa. A la coordinación de Fundación Irradia y Desarrollo Comunitario de Eidico, se sumaron los siguientes actores.
- Delegación Municipal de Zelaya. Su personal trabajó en la distribución de plantas y arena.
- Jardín de Infantes N° 906. Juntó tapitas de plástico y convirtió la actividad en algo recreativo para los niños.
- Escuela N° 12. Con la profesora de Arte a la cabeza, tuvo el desafío del diseño del mural, con la participación y las propuestas de los alumnos y sus familias.
- También los vecinos de Zelaya, de todas las edades, se involucraron en las tareas.
Hoy la Plaza 17 de Octubre tiene otra cara. Y sus principales guardianes son sus vecinos.
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