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Por alguna razón, se cree que la inversión y las finanzas son temas que sólo pueden ser entendidos por algunos pocos, y mucho menos por niños. Pero no debería ser así, ya que son temas que nos conciernen a todos.
De chiquitos nos enseñan que cuando seamos adultos vamos a entender para qué nos sirven las matemáticas, pero nunca se las relacionan con la realidad económica en la que vivimos. InversorGlobal, medio especializado en el tema, afirma que “a los chicos les enseñan que aprender de números sirve para ir al supermercado. Hacer las compras es importante, pero si una crisis económica golpea al país donde se encuentra ese supermercado y la mamá ya no puede comprar los cereales preferidos de ese chico, a él le gustaría saber por qué”.
La alfabetización financiera es la habilidad para utilizar el conocimiento y las herramientas más efectivas de manejo del dinero en circunstancias que así lo ameriten. Pero este no es un tipo de conocimiento que suele enseñarse en los colegios. Investopedia, un medio internacional especializado en temas económicos para todas las edades, explica que sólo cuatro estados de Estados Unidos contemplan un curso de finanzas personales en su educación escolar. Los líderes políticos en el Reino Unido y Australia están proponiendo la obligatoriedad para los estudiantes sobre este asunto.
Y es que está comprobado que los chicos no conocen lo suficiente sobre el dinero y su administración para crecer siendo financieramente responsables. La actual generación de adultos se ve obstaculizada por una clara falta de habilidades sobre el manejo del vil metal y carencia de concientización sobre la importancia de saber hacerlo. Esto se puede ver en los altos niveles de endeudamiento con las tarjetas de crédito y las cuotas. La educación financiera es importante porque las decisiones que tomamos en esta materia pueden impactar en todo el mundo.
Se puede enseñar conceptos económicos a los chicos desde una temprana edad, ya que a los tres años ellos ya entienden que el dinero sirve de intercambio para algo que quieren y a los cuatro la mayoría asocia la colección de monedas en su alcancía con el concepto de ahorro. Pero educar a los niños no es sólo cuestión de la escuela, sino que se debe empezar a hablar desde la casa y así quitar el prejuicio de que es “un tema de grandes”. El rol de los padres es tan importante como el del colegio. Uno puede ir hablando con los hijos para que comprendan el valor del dinero e ir planteando alternativas para juntar plata: pensar en conjunto ideas de tareas que estén acorde a la edad y planificar cuánto pueden ganar y cómo administrar esa remuneración. No es un aprendizaje que comience y termine en la edad escolar, sino que se va desarrollando a lo largo de la vida.
Así, nuestros niños crecerán entendiendo no sólo el concepto del dinero y las transacciones económicas, sino el valor del trabajo y el ahorro como un medio para el acceso a un bien o un servicio.