Una empresa está formada por personas, cada persona tiene sus particularidades, y es fuente de una creatividad única. Poner esa creatividad al servicio de la organización a la que uno pertenece asegura un trabajo sobresaliente en términos de resultados, y una vida feliz, porque usar la inteligencia y la voluntad en un trabajo garantiza la satisfacción de sentirse útil, y si a esto le sumamos además la ventaja de agregar al propio trabajo nuestra esencia única e irrepetible, sin duda la satisfacción se convierte en felicidad.
En Eidico, y cada vez en más organizaciones, proponemos el trabajo por objetivos, orientado a resultados. Porque confiamos en la capacidad de cada uno de repartirse el trabajo como le resulte más práctico.
Ver los puestos de trabajo como un listado de características a las que una persona debe adaptarse suena pobre frente a su opuesto: considerar a una persona con sus mil características como una posibilidad de enriquecer un cargo, de dotarlo de características únicas, de profundizar su sentido y de ampliar cualquier límite impuesto de antemano.
No tener miedo a la creatividad, dejarla salir, dejarla transformar pero, por sobre todo, comunicar su existencia. Porque el desafío también está en dar a conocer eso que para muchos es un secreto: cada persona es única. Entonces, cuando dejamos de hablar en términos de utilidad/inutilidad, y somos conscientes de la riqueza humana, particular, irrepetible en cada uno, vemos en ese conjunto de personas que integran una organización una mina de oro. Y cuando se busca extraer minerales de una cueva lo primero a lo que uno se enfrenta es a la oscuridad, el tiempo ayuda a construir caminos, iluminar el lugar e ir descubriendo qué extraer de cada sitio. Con el desarrollo humano sucede algo similar, porque requiere un trabajo de búsqueda intenso con dos caras: por un lado, se trata de acompañar a la persona en el autoconocimiento, en el descubrimiento de sus áreas de interés y de sus fortalezas, para saber qué es lo que la motivará y lo que sumará a su puesto; y por otro, tiene que ver con lo que la persona conoce de sí y confía en que podrá agregar a su trabajo, que sienta la libertad de dar más, de dar todo lo posible sin adecuarse a un listado de tareas o expectativas. Desarrollo Humano, vivir la humanidad también en el trabajo.