Obras más rápidas y más sustentables. Certeza de costos y ahorros futuros en calefacción y refrigeración por la aislación térmica. Así avanza la tecnología del sistema industrializado de construcción.

 

Texto: Mónica Fernández – IG: @tudineroxl

 

“El cambio llegó para quedarse”, asegura Rodrigo Ballester, director comercial de Acerolatina. Habla del crecimiento de los sistemas constructivos industrializados de viviendas. Este modelo multiplica sus adeptos año tras año. “Este proceso acompaña la creciente aceptación social en la utilización de productos sustentables que no dañen al medioambiente y sean sostenibles en el tiempo”, agrega el ejecutivo.

 

La construcción industrializada y semi-industrializada de viviendas es también conocida como construcción en seco o steel framing. Se empezó a usar en el país en la década del 80. Pero recién en los últimos años su uso se está haciendo más extendido.

 

La evolución en la construcción y sus ventajas

Se trata de la evolución tecnológica del sistema tradicional de obra húmeda. “Es un sistema insuperable en calidad. Ofrece al mercado soluciones rápidas, eficientes desde el punto de vista ambiental, durables y económicamente accesibles”. Así lo definen desde el Incose, el instituto que nuclea a las empresas del sector.

Planos

“Las ventajas de los sistemas de construcción en seco se deben buscar en la rapidez del montaje (ya que no hay esperas de fraguado que necesitan los sistemas húmedos); en la mayor precisión de los cómputos y presupuestos de las obras; en la mayor certeza en los plazos de construcción; y en todo lo relacionado con el ahorro de energía y la calidad de vida para el usuario”. Así lo describe Esteban Jáuregui, de Casas Secas, una empresa dedicada a la construcción de viviendas unifamiliares con sistema industrializado.

 

Eidico está empleado un sistema semi-industrializado en proyectos como Casas de Santa Ana, Casas de San Patricio, Miradores del Beagle y Altos del Encuentro. “Se utilizan materiales típicos de la construcción tradicional como son el hormigón y el acero. Pero el proceso constructivo es diferente. El encofrado es de producción industrializada”, explica Martín Suffern, gerente del Área Técnica de Eidico Viviendas.

 

“Este encofrado de aluminio y mano portante permite materializar las viviendas con un ritmo de construcción semejante a un proceso industrial. Las unidades van surgiendo en serie a medida que nos movemos con el molde, en vertical para edificios en altura o en horizontal para un barrio de casas”.

 

Aislación térmica, un plus

Otro ítem positivo y que también ayuda a economizar es la aislación. “Una de las grandes ventajas es la utilización de productos aislantes para techos y muros. Estos generan menor consumo de energía para calefaccionar o refrigerar un ambiente”, cuenta Ballester. “Con nuestros paneles aislantes se puede lograr un ahorro en el consumo eléctrico de hasta un 55% anual”. Acerolatina se dedica a proveer soluciones en materia de aislación para la industria de la construcción. Y posee su propio sistema constructivo.

Mitos afuera

Con la construcción industrializada, los tiempos de ejecución de una obra se optimizan al máximo. Se eliminan muchos pasos necesarios en una construcción tradicional. Y se logra materializar una planta de vivienda con todos sus muros y losas en muy poco tiempo.

 

El resultado final en estas viviendas nada tiene que ver con las “prefabricadas”, a los que muchos asocian todavía el término industrializada. Por el contrario, en estos sistemas la calidad es altísima y los procesos están certificados por normas ISO.

 

Cabe destacar también que “desde enero de 2018, mediante la Resolución número 5 APN-SECVYH de la Secretaria de Vivienda de las Nación, a los sistemas constructivos con estructura de madera y con perfiles metálicos galvanizados se los considera ‘tradicionales’. Esto facilita la aprobación de los trámites municipales y la financiación bancaria de estas construcciones”, subraya Jáuregui.