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Esta temporada se caracteriza por alquileres durante períodos más cortos en los barrios privados del Gran Buenos Aires. Los precios subieron entre 35% y 40% respecto del año pasado. Los contratos se dolarizan. Costa Esmeralda se prepara para una de sus mejores temporadas. Mucha demanda y buena rentabilidad para los propietarios.

Texto: Mónica Fernández – IG: @tudineroxl

Gran Buenos Aires

La temporada de alquileres de verano recalienta motores. “El inicio se vio un poco demorado por las elecciones. La incertidumbre del dólar paralizó la toma de decisiones de la gente por un tiempo. Pero a partir de noviembre se empezó a reactivar, ayudado en parte por la estabilidad del tipo de cambio”, describe el escenario Leandro Valencia, director de Valencia Propiedades.

Según coinciden los especialistas consultados, en barrios privados del Gran Buenos Aires la oferta de casas es similar a la de otros años, y la demanda es sostenida pero con ciertas particularidades. “Esta temporada estamos viendo mucha gente que busca alquilar por quincena y ya no por mes como sucedía hasta el año pasado. Esto lo vemos tanto en el Corredor Bancalari como en la zona de Villa Nueva”, describe Martín Smith, de María de Tigre. 

En la misma línea, Damian Garbarini de DG Negocios Inmobiliarios, en la zona de Canning relata un comportamiento similar. “La particularidad que vemos esta temporada  es que se busca mucho por quincena e incluso por semana. Para los inquilinos se hace más accesible y a los propietarios de alguna manera también les conviene porque el valor final es algo más alto”. 

“Otra modalidad que estamos implementando este año es que los contratos son tipo paquete, con todos los gastos incluidos (expensas, servicios, mantenimiento, etc) para darle más previsibilidad a quien alquila”, cuenta Garbarini.

Precios

Para los propietarios, el alquiler de temporada es una buena estrategia para lograr un fondo de reserva, para financiar sus propias vacaciones en otros destinos, e incluso para solventar los gastos de expensas de una parte del año. 

“Respecto de la temporada pasada nosotros sugerimos a nuestros clientes actualizar los precios en un 35% o 40% en pesos. Y en caso de tasarla directamente en dólares, el valor hoy es inferior al del año pasado”, explica Leandro Valencia, director de Valencia Propiedades.

Smith, pone algunas referencias sobre la mesa. Los valores en Villa Nueva arrancan en $50.000 más gastos la quincena y en los barrios de Bancalari, desde $70.000. “Los precios son en pesos si se cancela dentro de la misma semana de hecha la reserva. Pasado ese tiempo se dolarizan porque no se sabe la volatilidad que puede tener el dólar”, explica. 

Para seducir a los futuros inquilinos es indispensable que las casas que se ponen en alquiler estén en perfecto estado y muy bien equipadas. “La gente busca estar cómoda, incluso con más confort que el que quizás tienen durante el año en sus propias casas o departamentos. Pileta de natación, aire acondicionado, por lo menos dos smart TV y muy buen Internet, son básicos para garantizarse el alquiler”, describe Garbarini de DG Negocios Inmobiliarios. 

Costa Esmeralda, a pleno

Con un panorama bien alentador se presenta la temporada en Costa Esmeralda. El barrio de Eidico en la Costa Atlántica está teniendo un pico de demanda para el mes de enero. Antes que termine noviembre prácticamente no quedan unidades libres para el primer mes de 2020. 

Costa Esmeralda es un mercado diferente. Por el aumento del dólar este barrio pasó a ser la opción premium de la costa argentina aumentando la cantidad de clientes interesados”, postula Valencia. “Lo que vemos es un aumento de la demanda con más o menos la misma oferta de casas en alquiler y esto genera, claramente, un incremento de precios superior al que se ve en otras zonas”.

En Costa Esmeralda, los precios de alquiler son pactados de entrada en dólares o en pesos al tipo de cambio extraoficial. En promedio, una casa de 3 dormitorios, con buena galería y bien equipada no se consigue por menos de u$s 2.500 / u$s 3.000 cada quincena de enero. De ahí para arriba los precios escalan en función de las comodidades y la cercanía al mar. En el caso de febrero, los valores bajan entre un 10% y 15%  para la primera quincena.

A esos precios hay que sumarle los gastos de la limpieza de salida que oscilan en $5.000. Ninguna de las casas en alquiler ofrece servicio de ropa blanca ni tampoco de mucama, aunque si son adicionales que algunos propietarios están en condiciones de cotizar aparte. 

Seguridad, clave

Tanto en los barrios cerrados de Buenos Aires como en Costa Esmeralda, la seguridad es un factor determinante para los inquilinos. En ese sentido, las casas que están en lotes centrales siempre cotizan mejor que las que están en terrenos perimetrales