Santa María de la Aguada fue nuestro emprendimiento pionero en la provincia; nació como fruto de la voluntad compartida de varios jóvenes que querían comenzar una vida independiente, una vida en el propio hogar, pero que no sabían cómo hacerlo. “Cuando conocimos el lugar donde hoy está La Aguada nos cautivó el paisaje, la vista a los cerros, las lomadas rodeando la laguna, el verde; nos parecía increíble que existiera ese paraíso tan cerca de la ciudad de Salta”, explica Alejandro Patrón Costas, uno de los jóvenes que acudió a Eidico para desarrollar la zona; y que hoy es un socio.
Cuando Juan Bosch sugirió la idea de construir junto a Eidico, Alejandro, Miguel Cruz y Agustín Arias confiaron en nuestro sistema, que consideraban como la única forma de comprar un lote y ayudar también de esta manera a muchos de sus amigos con la misma necesidad. Después conocieron al resto del equipo Eidico (que en ese momento era muy chico). Así lo explica Alejandro: “Nos inspiraron mucha confianza por su don de gente. En ese momento habían desarrollado Santa María de Tigre, Altamira, Santa Bárbara y estaban lanzando Santa Clara; teníamos conocidos en esos barrios y todos nos transmitían su conformidad con el sistema y fundamentalmente con el trato y su honestidad al plantear los temas. Se dio una comunión de visiones y de trabajo inmediata y se conformó un conjunto muy bueno entre “el equipo Salta” y el de Buenos Aires”.
Santa María de la Aguada posee un atractivo natural muy fuerte, por un lado por su enorme laguna que supera en tamaño a la de cualquier otro barrio salteño, y por otro lado, porque la arquitectura de sus casas juega con la variada geografía sobre la que está instalada este barrio. Hay casas que aprovechan las vistas con paredes vidriadas, hay otras que acompañan las elevaciones del terreno con construcciones escalonadas; toda la creatividad al servicio de la conservación del medio ambiente genera un escenario sumamente atractivo y pintoresco que en conjunto con los juegos infantiles y la cantidad de niños que se pasean diariamente por sus calles, generan un agradable clima familiar.
Comunidad salteña
Los vecinos valoran por sobre todo el contacto pleno con la naturaleza y la vida al aire libre. Disfrutan del vecindario, se visitan, se invitan a asados, reuniones y cumpleaños. Hay muy buena convivencia entre ellos. Una peculiaridad es que entre los vecinos comparten un grupo de WhatsApp para coordinar idas y venidas al centro de Salta y para organizar el pool de los chicos. Soluciones a las pequeñas cosas de todos los días.