Las casas del futuro serán “inteligentes”. La vivienda inteligente es un paso evolutivo lógico. Es pasar de nuestras viviendas tradicionales, en las que no podemos controlar muchos parámetros, a un nuevo tipo de hogar, en el que casi todo será inteligente y se podrá manejar a distancia.
Para 2030 serán comunes las viviendas con materiales más ecológicos. También los hogares controlados por aplicaciones de big data o domótica. Así lo asegura un reporte que recientemente difundió el sitio especializado Prensa Real Estate Latinoamérica.
“Cuando hablamos de una vivienda o edificio inteligente nos estamos refiriendo a aquel que con tecnologías como, por ejemplo, la sensorización o la aplicación del Internet de las cosas es capaz de producir mejoras de confort, seguridad y comunicación con la propia vivienda. Todas estas mejoras permiten a las personas que lo habitan contar con una mayor seguridad, eficiencia en el uso de los recursos y una gran comodidad”.
Las casas del futuro, o viviendas inteligentes son capaces de lo siguiente.
- Estar conectadas con las personas para poder realizar tareas, incluso cuando sus dueños no están en casa. Por ejemplo, regular la climatización de la casa desde el celular.
- Las casas inteligentes pueden detectar cuando no estamos y apagar las luces que quedaron encendidas, ahorrando energía. También se puede programar el encendido aleatoriamente para dar sensación de presencia.
- Se pueden controlar los accesos mediante claves y monitorear en todo momento quién está en la casa.
- En las viviendas inteligentes el suministro de agua podrá ser controlado de manera eficiente, detectando mediante sensores si hay fugas o problemas de seguridad en la potabilización.
“Este aprovechamiento tecnológico redundará en una revalorización de los inmuebles. Su conservación será mejor y más eficiente. Y aportará un valor añadido respecto a aquellas propiedades que no estén completamente domotizadas”, sintetiza el informe.