En Eidico tenemos el enorme desafío de atender tanto la vida puertas adentro como puertas afuera de nuestros barrios. Ezequiel Coquet, como responsable del desarrollo comunitario de Eidico, se encarga de diseñar y ejecutar proyectos y acciones concretas de manera tal que lo que se fomente no sea únicamente el barrio privado en sí, sino la vida comunitaria en las zonas que lo rodean.
“La importancia que una empresa le da al ámbito social puede ser grande o chica. En Eidico nos proponemos algo grande, planteando objetivos que modifiquen la sociedad a nivel general, buscando generar vínculos que perduren en el tiempo y trabajando juntos por un bien común”, remarca Ezequiel Coquet, responsable del desarrollo comunitario de Eidico. Es necesario tener una mirada holística del fenómeno a la hora de construir un barrio, ya que la idea central es pasar de ser un desarrollador inmobiliario a un desarrollador de comunidades. Y ahí es cuando irrumpe la complejidad de toda realidad social. “Para que haya una comunidad humana, creemos que tienen que convivir en simultáneo aspectos como el empleo, la educación, la familia, la salud, los valores cristianos y universales y el cuidado del medio ambiente”, cuenta.
Trabajando juntos
Las comunidades tienen la capacidad de trabajar juntas, respetando normas y organizando proyectos propios. Y desde Eidico buscamos ofrecer las condiciones para que todo eso acontezca.
A pesar de tenerlo siempre en el espíritu, hace un poco más de dos años se definió el área que llamamos Desarrollo 360 como proyecto estratégico y se le dio forma y estructura. El foco actualmente está puesto en Pilar, donde se encuentran los barrios Santo Tomás, San Pablo, San Sebastián y Pilar del Este. La primera experiencia fue en Derqui y hoy estamos tejiendo puentes también con la comunidad de Zelaya.
Nuevas redes
El trabajo más reciente es el que está surgiendo en Pilar del Este, arrancando con un relevamiento en busca de aquellos líderes en los barrios de Villa Rosa, Barrio Luchetti, San José, El Escondrijo, El Manzanar y La Loma. Esperamos abrir caminos que impulsen la vida comunitaria y así llegar a generar una comunidad empática. “Lo principal es generar vínculos que sean una sólida base sobre la cual apalancar el trabajo que esperamos que se genere”, dice con entusiasmo.
Apuntamos a lograr reunir a la mayor cantidad posible de vecinos con perfil de liderazgo, que se conozcan y así puedan identificar las necesidades para trabajar en conjunto a partir de 2017.
Texto: Catalina Rothberg