Todos los 5 de diciembre se celebra el Día del Voluntario. El festejo tiene que ver con una resolución de la ONU, del año 1985. La fecha busca invitar a que más personas se unan a causas que contribuyan a la paz y el desarrollo sostenible.

En la Fundación Oficios, nuestros alumnos, egresados, nuestras aulas y nuestro crecimiento se apoya fuertemente en el trabajo voluntario. Fotógrafos, docentes, influencers, empresarios, contratistas, estudiantes cuentan con un potente motor: “lo hago porque me gusta y porque quiero”.

Usualmente invitamos a las personas a que nos conozcan y se acerquen. Creemos que el encuentro con el otro nos ayuda a descubrir o a reflejar lo mejor de nosotros. Y para quienes se acercan, tenemos una guía de acción voluntaria que es útil a nivel individual, como también a nivel grupal. Si pienso en ofrecerme como voluntario debo preguntarme qué tengo que hacer.

Primer paso, hacernos algunas preguntas

Desde la Fundación Oficios, creemos que lo mejor es hacer un pequeño examen como guía para fortalecer el compromiso o reflexionar si es el momento para hacerlo. ¿Qué me preocupa o que me interesa del contexto en el que vivo? ¿A quiénes quiero ayudar? ¿Estoy en condiciones de hacerlo? ¿Qué me gusta y qué sé hacer?

Acá hay que tomar en cuenta todos nuestros conocimientos y habilidades: gestión, administración, deportes, hobbies, experiencia de trabajo o de vida.

Debo considerar la vida familiar que llevo y mis compromisos sociales. ¿Cuánto tiempo real tengo para destinar al trabajo voluntario? ¿Cuál es mi capacidad emocional para enfrentar situaciones complejas, asociadas a la pobreza?

¿Quiero trabajar directamente con personas que lo necesiten? ¿O prefiero colaborar en tareas de gestión o administrativas (fundraising, gestión, proyectos de recaudación)?

¿Cómo voy a hacer mi trabajo voluntario? ¿Voy a ser un voluntario regular? ¿Puedo ir frecuentemente a donde necesitan de mí? ¿Destinaré algún día o fin de semana para realizar una tarea determinada?

De las preguntas a la acción

Buscar y elegir: programas de instituciones que aparecen en diferentes guías de organizaciones, cuyas necesidades pueden coincidir con mis intereses.

Llamar: acordar una visita y ser respetuoso de la fecha y la hora de la entrevista concretada. Si no puedo asistir, debo avisar con anticipación.

Visitas previas: tengo que conocer el trabajo de la institución seleccionada. Debo tener la libertad de preguntar lo que quiera de la actividad que voy a llevar a cabo, y de proponer un período de prueba.

Si durante mi visita me doy cuenta de que ésa no es la institución más adecuada para mí, está bien decirlo. Hasta es probable que me lo agradezcan. Es importante no tomar una decisión precipitada. Seguramente en la institución necesitan saber si realmente podrán contar mi presencia.

Es importante que tengamos en cuenta que la mayoría de las instituciones solidarias tiene mucho trabajo y poco personal. Por eso, si el primer encuentro no fue satisfactorio, es muy útil dar una segunda oportunidad. Es fundamental tener paciencia y comprensión.

Si por el momento la institución escogida no necesita nuestro ofrecimiento, no debemos decepcionarnos. Podemos volver a llamar en la fecha que nos propongan, o acercarnos a otra institución.

Al llevar a cabo mi tarea voluntaria…

Como en toda relación humana inevitablemente me voy a cruzar con satisfacciones, pero también con problemas. La idea es construir a pesar de las dificultades.

No siempre me van a agradecer por la entrega, pero, aun así, no debo olvidar que mi aporte es muy importante.

Al trabajar con niños y jóvenes, sin quererlo, puedo transformarme en un “modelo a imitar”.  Es importante mantener una actitud con las siguientes características.

  • Positiva: buena disposición y ánimo constructivo son el mejor regalo que puedo dar.
  • Cumplidora: si algún día me voy a atrasar o no llego, tengo que avisar.
  • Respetuosa: cada institución tiene sus normas y sus particulares maneras de ser. Todas son válidas y legítimas, aunque puedan no ser enteramente de mi agrado.
  • Responsable: mi trabajo tiene que reflejar calidad, seriedad y compromiso. El abandono de la tarea voluntaria, sin aviso, crea vacíos en la institución y puedo lastimar a quienes se han acostumbrado a mi compañía y presencia. En el caso de no poder mantenerlo en el tiempo es necesario, conversar con la institución.

¿Te sumás?

¿Ser voluntario siempre me va a hacer bien? Casi siempre. Las veces en las que uno no se siente bien, o cómodo, es fundamental levantar la mano

¿Por qué es importante acordarnos de esta fecha? Desde Fundación Oficios creemos que soñar con un mundo mejor, más ecuánime y más justo es posible. En este día tan importante para las ONGs, te invitamos a que sigas participando o empieces a participar.

 Sergio Moreno, director ejecutivo de Fundación Oficios