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En 2014 cumplimos veinte años. Sí, veinte años desde nuestro primer barrio, que lanzamos allá por noviembre de 1994. La historia de Eidico no es lo que se podría decir rigurosamente lineal, más bien es de esas historias que, como en la mitología griega, transforman a su protagonista a lo largo del camino, y con él, a quienes lo acompañan. Habla de esas travesías que, si bien mantienen un rumbo y un objetivo final, desarrollan en su curso diversos senderos, llegando a la meta habiendo transformado ciertas realidades. ¿Por qué digo esto? Porque nuestro objetivo como empresa estuvo siempre claro: satisfacer necesidades de vivienda a través de un sistema cooperativo. Pero el resultado de ese sistema fue cambiando. Al principio, fueron lotes en barrios privados, donde poco a poco los propietarios irían construyendo su primera casa, y algunos otros los pensaban como inversión. Luego pensamos en que el sistema también podría ser útil para quienes buscaran un resguardo de sus ahorros en miras a una jubilación próspera, o a una protección del futuro familiar. Así nacieron los proyectos de inversión propiamente dichos. Forestación, ganadería, hoteles, entre otros productos de base inmobiliaria que permitirían generar una renta y, a la vez, beneficiarse de la revalorización del capital. Por último, y cuando los altos costos de la construcción alejaban a las familias de clase media de la idea de construir una casa en un lote, dimos vida a Eidico Casas. “La solución completa”, la llamamos, porque ofrece el lote más la casa terminada, en pesos y en cuotas. Un producto 100% de vivienda y que llegó para satisfacer a nuevas generaciones de jóvenes en un mercado que claramente había modificado sus reglas de juego. Lo importante, como resaltaba al principio, es que en estos 20 años de historia, de transformación y de cambios, ciertas bases, que nacieron aquel noviembre de 1994, nos acompañaron a lo largo de todo nuestro crecimiento:
- Llevamos el negocio inmobiliario, históricamente basado en una relación uno a uno, a una masividad.
- Revolucionamos de alguna manera el marketing, haciendo del boca a boca una manera de comunicación que nos movió durante nuestros primeros 10 años y con eso crecimos. En aquellos tiempos no publicábamos en ningún lado, hicimos nuestra propia revista y nuestro motor de crecimiento y publicidad fueron los comentarios de uno a otro, la recomendación.
- Basamos nuestro negocio en la confianza, y para ello definimos que la familiaridad en el trato es clave.
En nuestros primeros años, con estos tres puntos y además de ofrecer un gran producto a costos muy bajos gracias al sistema cooperativo, lográbamos una combinación explosiva y por lo cual la gente nos seguía. En los lanzamientos vivíamos cosas muy particulares: cada uno que venía a hablarnos, lo atendíamos… estábamos los directores que no nos quedábamos atrás de un escritorio sino que formábamos parte de ese momento, por que creíamos que ahí estaba el plus. Y así fuimos naciendo y creciendo.
Hoy, con la llegada de las redes sociales y el mundo 2.0, surgen nuevos desafíos. Entre ellos, trasladar aquella familiaridad y boca en boca a este nuevo espacio. Es un gran desafío, que requiere de planificación y estrategia, pero esencialmente requiere de un modelo de gestión transparente y un diálogo constante con los clientes, cuestiones que siempre formaron parte de nuestro ser y hacer como empresa. La buena noticia entonces es que, como diría el famoso DT, “La base está”.