Antes de hablar particularmente de la mujer y los oficios, me parece útil hacer referencia a cómo construimos nuestro lenguaje y, en consecuencia, nuestro pensamiento.
Leo en cuentos o escucho en películas que los términos “villano” o “villana” se refieren a alguien malvado. Sin embargo, la palabra villano[1] hace referencia, en primer lugar, a los habitantes de las villas medievales, en contraposición a los nobles o hidalgos. A partir de ahí, también se empezó a usar para caracterizar a alguien rústico o descortés, ruin, indigno o indecoroso. Pero los diccionarios no hacen referencia específica a la maldad.
¿Por qué entonces cuando lo leo, o lo escucho en cuentos o películas, veo que tiene asignado la cualidad de malvado? El imaginario colectivo es una construcción. Es lo que la mayoría de nosotros cree, por más que las cosas no sean así en la realidad.
¿Qué tiene que ver esto con Fundación Oficios y, particularmente, con la mujer? Hay una pregunta que lo aclara, y que escuchamos muchas veces: “¿Dictan oficios para mujeres?”. Nuestra respuesta es siempre la misma: “Sí. Todos los cursos que dictamos son para mujeres”. Porque la capacidad para crear o construir no tiene género.
Sin embargo, sabemos que en el imaginario colectivo, “los oficios” están asociados a los hombres y al trabajo duro.
La formación que dictamos no tiene sesgos de género. Aun así, estoy convencido de que nuestras egresadas cuentan con algunas ventajas comparativas, sobre nuestros egresados. Si bien voy a caer en una generalización, creo lo siguiente.
- Pueden acceder con más facilidad a trabajar en una casa de familia, porque en muchos casos quien las recibe es una mujer.
- Realizan mejor las terminaciones ya que, en general, cuentan con mejor motricidad fina.
- Por lo general son más conscientes de la importancia de la seguridad y la higiene.
Eso no es todo. En 2018 nuestro profesor de soldadura no pudo asistir a todas sus clases. Él nos recomendó a una egresada para cubrirlo: Graciela. Por su conocimiento y experiencia en la industria metalúrgica era quien mejor posicionada estaba para cubrirlo.
Por supuesto que egresadas de electricidad o de soldadura hoy se desenvuelven en esos oficios. Pero el punto más importante para nosotros es el de la revalorización personal y lo que nos dicen cuando consiguen un trabajo: “hoy puedo ser mi propia jefa, darles a mis hijos un testimonio de que cuando nos animamos a vencer nuestras barreras, todo se puede”.
Sergio Moreno
Director Ejecutivo de Fundación Oficios
[1] Hoy “villero” es el término que usamos para referirnos a quienes viven en las villas, término que también tiene un sesgo, pero no es el objeto de este artículo.