Eidico se aventuró a expandirse en San Martín de los Andes, llevando su modelo de desarrollo inmobiliario al corazón de la Patagonia. Desde la creación de Estancia Miralejos hasta el crecimiento de Vallescondido y nuevos proyectos, familias de todo el país encontraron en estos barrios una oportunidad única de residencia y comunidad. A 30 años de su fundación, Eidico refuerza su compromiso con el interior del país y el valor de construir un estilo de vida en armonía con la naturaleza.
Una visión federal que inició en San Martín de los Andes
Cumpliendo la tercera década como empresa, quisimos volver a nuestras raíces. Consolidados como referentes inmobiliarios en Tigre y Zona Norte, empezamos a pensar nuestros proyectos en clave federal. ¿Y si probamos el sistema Eidico fuera de Buenos Aires? ¿Por qué no desafiar nuestros propios límites en la Patagonia? San Martín de los Andes fue nuestra gran puerta de entrada al Sur del país.
El impulso surgió con la oportunidad de adquirir un terreno en plena montaña. Transformar un paraje natural, como San Martín de los Andes, en un próspero desarrollo inmobiliario parecía una tarea compleja. Para Eidico fue un desafío emocionante. Así nació en el año 2000 Miralejos, un barrio en altura que hoy es un hito en su trayectoria.
Estancia Miralejos: un ícono en el Cerro Chapelco
Ubicado sobre la falda del Cerro Chapelco, Estancia Miralejos ofrece lotes de gran tamaño y vistas panorámicas inigualables. Este barrio se encuentra en la Ruta de los Siete Lagos, a pocos minutos de San Martín de los Andes, y permite vivir en plena montaña con acceso a la ciudad.
“Miralejos surgió en un momento de estabilidad macroeconómica. La adquisición conjunta del terreno, una compra hecha ‘entre todos’ los participantes, nos permitió ofrecer un producto verdaderamente exclusivo a un precio muy competitivo”, recuerda Jorge O´Reilly, uno de los tres socio fundadores de Eidico, sobre el desembarco en el Sur.
Encontrar que casi 100 personas creyeran en la posibilidad de crear un barrio en las montañas fue un logro que se debió en gran medida a la credibilidad que Eidico había forjado en sus proyectos iniciales. La confianza de esos primeros inversores en el desarrollo inmobiliario de Eidico, en su mayoría familiares, amigos y amigos de amigos nos impulsó a hacer realidad este sueño en San Martín de los Andes.
La ejecución a distancia y el trabajo en equipo
“Desarrollar a distancia siempre es más difícil, además la topografía de Miralejos era una novedad absoluta para nosotros. Hubo que aprender y el resultado fue muy bueno”, enfatiza O’Reilly.
La construcción de alianzas sólidas fue fundamental para el éxito de todos nuestros proyectos. Contar con socios como Esteban Bosch y Marietta Ferrero fue un enorme privilegio. Su conocimiento del lugar, sumado a su compromiso con la excelencia, nos permitió llevar adelante un barrio de alta calidad con una ejecución eficiente y prolija.
“Para nosotros fue un desafío enorme. Eidico, y en especial Patricio Lanusse, nos aportó todo lo que necesitábamos: confianza, libertad de acción y respaldo técnico. Desarrollar una zona nueva, corriendo la frontera de lo urbanizado fue un ingrediente especial que nos generó mucho compromiso”, nos relata Esteban Bosch, quien lideró este proyecto y los que le siguieron después.
El Espíritu de Comunidad en Miralejos: en la voz de los propietarios
La decisión de Rafael Salas de adquirir un lote en Miralejos fue el resultado de un proceso gradual. Años de vacaciones familiares en este lugar, hicieron que él y su familia fueran de los primeros vecinos en asentarse en Miralejos.
“En los comienzos teníamos luz a través de una turbina, no teníamos teléfono, ni internet, ni gas. Nos gustaba la paz, la desconexión y la rusticidad. Hoy contamos con todos los servicios, hasta internet por fibra óptica, y por eso nos animamos a vivir entre un 50% y un 60% del año en Miralejos”, nos cuenta Salas que en 2019 agrandó su casa para poder disfrutarla durante todo el año.
Recuerda con cariño aquellos primeros años en los que la comunidad era pequeña y unida, como una gran familia. Hoy, con más de 60 casas construidas, el sentido de pertenencia y el espíritu de colaboración siguen intactos. Todos los años, en enero, es tradición organizar un ´chorilejos´, una forma de reunir a los vecinos y darles la bienvenida a los recién llegados. Se trata de una iniciativa necesaria para que no se pierda la esencia de esa primera comunidad.
Vallescondido: expandiendo el sueño en la Patagonia
Con el éxito de Miralejos, se siguió escribiendo la historia de Eidico con Vallescondido. Un emprendimiento de 450 hectáreas compuesto por 364 lotes con un promedio de media hectárea cada uno. Otra vez, un paraíso sobre la ladera del Cerro Chapelco con cancha de golf de 9 hoyos y una gran superficie de bosque nativo en áreas comunes.
Para Juan Lagos y su familia, San Martín de los Andes fue el lugar ideal para criar a sus cinco hijos. Dos días después de Navidad de 2019, llegaron con su perro, un bote y todos sus bártulos para empezar un nuevo capítulo. Hace dos años que viven en Vallescondido, y en poco tiempo se mudarán a su propia casa ubicada en una zona más alta del mismo barrio.
“Vivir más arriba será una experiencia distinta, con un clima más desafiante para la familia. Lo que no cambiará con la mudanza será el sentido de pertenencia que se vive acá. La comunidad en la montaña hace que estemos más atentos unos de otros, que nos cuidemos”, nos cuenta Lagos.
La Reserva y Piedra de San Francisco: nuevos proyectos para un nuevo ritmo de vida
Eidico amplió su presencia en la Patagonia con La Reserva, ubicado frente a Miralejos y a solo seis kilómetros de San Martín de los Andes. Ofrece lotes grandes rodeados de bosque andino y excelente infraestructura.
El barrio Piedra de San Francisco, con 32 hectáreas sobre la Ruta 40 y a 20 minutos de la ciudad, también sigue esta línea de expansión. Actualmente, quedan lotes de 1600 m2 disponibles, ideales para quienes buscan un nuevo ritmo de vida impulsado por la pandemia. Este proyecto es parte del compromiso de Eidico por replicar en el interior del país el modelo de vida que hace 30 años ayudó a desarrollar en Buenos Aires.
“Lo que hacía falta a las familias en el conurbano hace 30 años, hace falta hoy en muchas ciudades del interior,” concluye Jorge O’Reilly, reafirmando la misión de Eidico de crear comunidades fuertes, en cualquier lugar del país.