Por Mónica Fernánez
Trabajar en forma independiente, no viajar varias horas al día para llegar y volver de la “ofi” y ser dueños de nuestros propios horarios suena atractivo. Claro que lo que a simple vista puede parecer un sueño hecho realidad, en ocasiones se vuelve complejo y hasta atenta contra la productividad. “La soledad que un trabajador freelance puede llegar a enfrentar y la cantidad de horas que dedica al trabajo, entre otras tantas cosas, hacen replantear la manera en que se encara el estilo de vida “freelancing””, sostiene el director regional de Freelancer.com, el mayor portal del mundo de empleo independiente.
En ese sentido, el ejecutivo afirma que se tiende a un cambio en la manera en que se encara este tipo de trabajos y el espacio físico donde se desarrollan. “El propio hogar solía ser el lugar más elegido para desarrollar una profesión independiente, pero la contra de trabajar desde casa es el aislamiento, hecho que muchas personas no aguantan y por ello terminan abandonando la vida freelance y las distracciones propias de un hogar”. Hoy en día hay muchísimas otras alternativas que permiten igualmente adaptación horaria y a la vez mantener vínculos con otras personas en el día a día”.
A continuación el ejecutivo enumera y describe tres opciones en alza para los trabajadores independientes.
- Alquilar una oficina, aunque sea muy pequeña o compartida. El ambiente de estar en una oficina te hace querer trabajar, salir “a la calle” y socializar. Alquilar una oficina compartida te permitirá reducir costos, pero obviamente hay que tener en cuenta que genera costos fijos. Por ello, es una buena opción para freelancers ya asentados y con un flujo de ingresos más consolidado.
- Bar. Es una opción muy utilizada por muchos trabajadores independientes. Un lugar cerca de casa, que permita estar varias horas con la computadora trabajando, viendo a la gente pasar y a la vez tener el café, té o comida a disposición, es una alternativa tentadora.
- Espacios de co-working. Los espacios de co-working son una modalidad que se impone cada vez más entre los freelancers, especialmente aquellos relacionados con la tecnología. En esos espacios se generan vínculos comerciales, amistades y tienen un dinamismo espectacular del cual se sacan muchas ideas, consejos y hasta socios para cualquier emprendimiento. Naturalmente, implica el pago de un alquiler mensual o diario del espacio o metros cuadrados que se utilizan, pero es un precio significativamente menor que el de alquilar una oficina.
“En definitiva, las herramientas tecnológicas que permiten trabajar a distancia y en forma independiente son gratuitas o muy baratas y están al alcance de la mano de todo el mundo; el nuevo concepto de economía colaborativa ha llegado para imponerse en todos los sectores para facilitar la vida de las personas: es cuestión entonces de armar un plan de trabajo, elegir el área, estar preparado y elegir el lugar donde queremos trabajar”, cierra el ejecutivo.