Por Ezequiel Marolda
El cepo cambiario cumplió el mes pasado sus tres años de vigencia y en el camino interpeló y jaqueó a varios sectores de la economía real. El inmobiliario –especialmente el de compra venta de unidades usadas- sin duda resultó entre los principales afectados.
Barajar y dar de nuevo, tratar de adaptarse a la coyuntura y poner creatividad en la búsqueda de, al menos, algunos paliativos, fue el único camino para el real estate a lo largo de los últimos 36 meses.
En Eidico, la apuesta fue fortalecer aún más nuestro modelo cooperativo. Hoy más que nunca, la posibilidad de financiar el acceso a la vivienda en pesos y a largo plazo es una necesidad con mayúsculas para una sociedad donde el crédito tradicional se ha vuelto una especie en extinción.
En este tiempo, se emprendieron nuevos desarrollos, se terminaron y entregaron más Casas de Santa María y Casas del Este, más inversores canalizaron sus ahorros a los proyectos hoteleros. Ahí están puestos los esfuerzos y el trabajo diario.
El objetivo fue ponerle el pecho a la situación y pese a que el camino está más complicado seguir avanzando en la materialización de proyectos que serán casas, que serán hogares, que serán renta para futuros jubilados. Sumando esfuerzos todos podemos llegar un poco más lejos.