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Texto: Mónica Fernández
Con el fin de las cuotas sin interés, los gastos del comienzo de clases, más lo que se arrastra de las vacaciones, los resúmenes de las tarjetas de crédito pueden venir bastante recargados. Cuidado con tentarse en pagar sólo el mínimo y “patear” hacia adelante el resto. Es una decisión carísima. Acá algunos tips para entender por qué puede ser una trampa que te arruine la economía, según el experto en finanzas personales, Alejandro Cosentino
- La financiación de los consumos con tarjeta de crédito a través del pago mínimo es sólo un negocio para el banco.
- El pago mínimo es mucho más costoso que un préstamo personal. En muchos casos supone intereses sobre el saldo de deudas superiores al 60% y 70% anual.
- La situación típica es: “pagué el mínimo pero la deuda no se reduce”. Esto sucede porque los bancos definen el pago mínimo para cubrir los intereses y no la deuda en cuestión.
Por ejemplo, sobre una deuda inicial de $50.000 en la que se efectúa el pago mínimo mensual, hay que adicionar el monto correspondiente a los intereses sobre el saldo adeudado. Al cabo de seis meses, se habrá abonado $14.257 en concepto de pago mínimo, pero la deuda sólo habrá disminuido $4.822.
Eso sin contar que al continuar usando la tarjeta para consumos habituales, se comienza a desordenar la vida financiera, corriendo riesgos de morosidad que complicarían el futuro al quedar atrasos registrados en Veraz.
Lo recomendable si se está en esa situación es recurrir a un préstamo personal cuyas tasas de interés son menores que las de las tarjetas de crédito. “Se recomienda saldar el total de la deuda en un pago con un préstamo a menor tasa, con cuotas fijas y a un plazo más largo y evitar el efecto “bola de nieve”, dice Alejandro Cosentino, CEO de Afluenta, sitio de finanzas colaborativas, en el que los individuos se prestan entre sí, sin intermediarios y a menores costos que los del mercado financiero.