La inflación seguirá siendo, por un tiempo, el flanco más débil de la economía y del que más habrá que protegerse. Aumentos en servicios obligarán a ser mucho más cuidadosos con el consumo. Se espera que se mantenga la devolución del IVA; ésa es una buena noticia. Para el ahorro: activos dolarizados, siempre.
Texto: Mónica Fernández – IG: @tudineroxl
Un cambio de gobierno es siempre un nuevo inicio. Es expectativa de cambio y de que esos cambios sean para construir un país mejor. En el mientras tanto, inevitablemente, algunas medidas impactarán en nuestro día a día y en nuestro bolsillo.
Acá, una guía con algunas de las proyecciones para ir preparando la economía familiar y personal a los nuevos tiempos. Cuantas más previsiones tomemos, menos nos van a desequilibrar los cambios venideros.
1. Precios e inflación
Uno de los primeros temas que entrará en agenda del nuevo gobierno, seguramente, será sincerar los precios de los servicios y los bienes que hoy están regulados o contenidos mediante acuerdos. Servicios como electricidad, agua, transporte público, telefonía, etc., que se encuentran regulados, van a tener, muy probablemente, una corrección al alza. Los combustibles también seguirán ajustando hacia arriba. En este caso, si bien en noviembre hubo aumentos en torno al 25%, la expectativa es que vayan a converger a un valor cercano a 1 dólar por litro (en el caso de la nafta Súper).
De acuerdo a un informe realizado por el Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP), que está integrado por miembros del Conicet y de la UBA, “el atraso de las tarifas de energía en la zona del AMBA -Capital y Gran Buenos Aires- es cercano al 67% para el segmento N1 (que son quienes tienen ingresos más altos), del 407% para los N2 y del 299% para los N3”, detalló en el informe Julián Rojo, economista del IIEP. Según el mismo estudio, y tomando como ejemplo la energía eléctrica, una factura de $8.000 promedio para el segmento de mayores ingresos (con menos subsidios actualmente, después de la implementación de la segmentación) pasará a rondar los $14.000.
Inevitablemente, estos “sinceramientos” de precios mantendrán la inflación en niveles elevados por algún tiempo. Pero la contracara es que son parte fundamental de “empezar a vivir con lo nuestro”, es decir, achicar el famoso déficit fiscal. Igual que en una casa, cuando un Estado gasta más de lo que ingresa, en algún momento las deudas hacen inviable el crecimiento. Si la Argentina logra ordenarse, en este y otros sentidos, será una batalla ganada. Así lo resume Daniel Artana, economista jefe de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL). “La corrección de las distorsiones de precios relativos y el exceso de pesos mantendrán alta la tasa de inflación durante los próximos meses”.
Los datos difundidos por el BCRA a través del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), del que participan economistas y consultores privados, ubican la inflación para los próximos meses en 2 dígitos. Para diciembre 14% mensual, bajando progresivamente hasta el 10% en el mes de marzo.
Será clave ajustar, detallar y mantener actualizado el presupuesto familiar, ya que los cambios serán constantes por un tiempo. Hacer hincapié entre todos los miembros de la familia sobre la necesidad de reducir el consumo de energía, de agua e, incluso, de combustible. Será momento de hacer más pooles y no viajar solo en el auto, poner el aire acondicionado solo cuando resulte muy necesario y controlar el consumo agua. Nada que otros países no tengan incorporado en su población al 100%.
2. Tipo de cambio
La buena noticia es que en 2024 se espera que el campo -uno de los principales motores económicos de la Argentina- tenga un año mucho mejor que 2023. Las últimas campañas agropecuarias -2020-2021 / 2021-2022 / 2022-2023– resultaron muy pobres debido a la prolongada sequía. Y en 2023-2024 el campo podría tener revancha. Eso significa más entrada de dólares para un país que está escaso de divisas. ¿Será la solución mágica? No, pero va a ayudar a encarar otra de las misiones impostergables que tiene el nuevo gobierno: salir del cepo cambiario.
El economista Orlando Ferreres dijo, en ese sentido, que “los dólares que aporta el agro servirán para una transición más tranquila en el mercado de cambios. Pero serán claves los acuerdos rápidos que se alcancen con el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo. Esto puede dar aire en las inversiones de capital”.
“La normalización de la cosecha generará un alivio. Sin embargo, no es suficiente para normalizar rápidamente el exceso de deuda comercial por las demoras en los pagos de importaciones de bienes y servicios, permitir el giro de dividendos al exterior pendientes de pago, recuperar reservas en el BCRA y atender los pagos de deuda financiera. De allí que sea necesario mantener el cepo por un tiempo, a menos que se consiga financiamiento adicional del resto del mundo”, explica con claridad Artana.
En los días previos a la asunción del nuevo presidente, los dólares financieros -los únicos cuyo precio es libre- han bajado su cotización por debajo de los $1.000, una señal que muchos analistas interpretaron como positiva en el marco de la transición.
Privilegiar para el mediano plazo activos en dólares o dolarizados. Mientras se mantengan las restricciones cambiarias, dólares se podrán adquirir a través del mercado de capitales -dólar MEP-. En cuento a inversiones: privilegiar todas aquellas que tengan su valor atado a la moneda norteamericana. Estas son inmuebles, proyectos de construcción a los que pueda ingresarse con pesos, acciones de empresas extranjeras a través de CEDEARs (también se entra con pesos), bonos de empresas en dólares, etc. Lo importante es cuidar el capital y los ahorros hasta que la situación macroeconómica empiece a dar muestras de normalizarse.
3- Impuestos
Otro tema clave para los ciudadanos de a pie es el impositivo. ¿Qué va a pasar con los impuestos que se habían eliminado recientemente, como Ganancias para algunos trabajadores o devolución de IVA?
Está claro que hasta que no asuma el nuevo presidente y su equipo, no habrá certezas. Pero los especialistas descuentan que si hay algo que Javier Milei no hará es aumentar impuestos o crear nuevos.
Al cierre de esta nota, se esperaba que entre las primeras medidas en materia impositiva se lanzara un blanqueo de capitales. ¿Qué es un blanqueo? La posibilidad de declarar sin ser penalizado o con una pena mínima dinero “en negro”, ya sea que está en el país o en el exterior. El propósito de este tipo de medidas es dinamizar, con el ingreso de fondos al mercado formal, distintos sectores de la economía. Por ejemplo, que ese dinero se pueda invertir en comprar o construir una propiedad, poner un negocio o ampliar una línea de producción.
En cuanto a Ganancias e IVA, en entrevistas periodísticas el presidente electo dijo que mantendrá este beneficio. Sin dudas, una buena noticia para el bolsillo. Otro dato que está en la mira de los analistas es la posibilidad de que el presidente electo decida una reducción en las alícuotas del Impuesto sobre los Bienes Personales.
Estar atentos a los términos del blanqueo de capitales si es que se concreta. Aprovechar cualquier reducción de impuestos para generar un extra de ahorro e inversión a largo plazo. Recordemos que sumas que pueden parecer chicas, sostenidas en el tiempo, hacen la diferencia.