A la hora de mudarse, elegir la Capital Federal o el Gran Buenos Aires es todo un desafío. En la provincia muchas veces se puede acceder a un precio por m2 más conveniente. Las expensas no difieren demasiado a igual tipo de prestación de servicios, e incluso son menores (proporcionalmente) cruzando la Gral. Paz. A favor de la ciudad: el menor tiempo de viaje para quienes trabajan en esa zona y la oferta cultural, de entretenimiento y de medios de transporte. A favor de alejarse: mas contacto con la naturaleza, posibilidad agrandar la casa en etapas y sin mudarse otra vez.

Texto: Mónica Fernández

¿Jardín con parrilla, espacio para que cada integrante de la familia encuentre su rincón y, probablemente, una hora de viaje para llegar a nuestro trabajo?; o ¿la boca del subte cerca, 30 minutos hasta la “ofi”, pero con mucha suerte una ventana que da al pulmón de manzana y 40 mínimos metros cuadrados en los que increíblemente los arquitectos logran armar un 3 ambientes?

No hay una sola respuesta, obviamente. Depende básicamente de gustos personales. El bolsillo juega su rol, pero según los casos sale empatado… así que si hay ganas de hacer un switch, vale ponerse a sacar algunas cuentas, y sopesar pros y contras de ambas ideas.

Dependiendo de las zonas, el valor del metro cuadrado construido es más económico cuando se cruza la General Paz, hacia el norte, hacia el sur o hacia el oeste, que cuando uno busca dentro del perímetro de la Ciudad Autónoma. A modo de ejemplo, según un relevamiento de Reporte Inmobiliario, el valor promedio por m2 de un departamento estándar usado en buen estado en la ciudad de Buenos Aires, alcanzó en mayo de 2017 los U$S 2142 dólares. Este valor, indican, surge del promedio de las cotizaciones de unidades de uno y dos dormitorios en edificios en propiedad horizontal sin amenities.

El mismo portal, en su mapa interactivo de valor según m2 por zonas, deja ver que en el Gran Buenos Aires, el promedio ronda valores similares a los de capital. En la zona de Tigre, San Fernando y Benavídez, por ejemplo, la aguja se ubica entre los $1900 y los $2400, similares son los de Canning y Ezeiza (en la zona Sur). En cambio son algo menores yendo hacia Quilmes (Sudeste).

A favor y en contra de mudarse

Sea para alquilar o para comprar a valores semejantes, la Ciudad tiene la gran ventaja de la cercanía y del menor costo en transporte para quienes trabajan en esa zona. La desventaja, desde el punto de vista económico, es tener que sumar cochera aparte, un bien que es escaso en los edificios. Otra contra es que las expensas de los edificios en Capital Federal son elevadas, en comparación a los servicios que ofrecen: un 2/3 ambientes sin ammenities, no paga menos de $2.000/$2.500 mensuales y a eso se le suman aproximadamente $1.500 para guardar el auto como piso.

El GBA tiene la ventaja de casas sin expensas, sea en barrios clásicos o en desarrollos del estilo de Casas de Santa María (Benavídez) o de Casas del Este (Pilar), ambos desarrollados por Eidico. En el caso de urbanizaciones cerradas el pago mensual (que promedia los $3.500/$5000) suele cubrir varias necesidades que de lo contrario se contratarían aparte: seguridad 24 horas, pileta de natación para el verano, canchita de fútbol o de tenis, según los barrios y una plaza a la que los chicos pueden llegar en bici.

Otros dos puntos a favor de una casa frente a un departamento. El espacio se puede ir adaptando según crezca la familia, se puede agrandar o reformar en etapas, sin necesidad de incurrir en gastos de mudanza. Los departamentos son un paquete cerrado, sin posibilidad de anexarle metros.

También en la columna de los “pros” de las casas en el Gran Buenos Aires: se les pude sacar una renta alquilándolas en forma temporal por el verano.

Obviamente, el Gran Buenos Aires, suma sus contras también: el tiempo de viaje para quienes trabajan o estudian en la “gran ciudad” será mayor, lo mismo que  el gasto en transporte público o en combustible que ello implica y peajes, para los que quieren ahorrar tiempo. Se puede intentar incursionar en el car-pooling que cada vez suma más adeptos y así se lograría bajar la incidencia de este punto. (No corre para los “afortunados” que pueden elegir quedarse cerca, sea con un consultorio profesional, un comercio, docencia o una empresa que esté en la zona).

Fuera del cálculo estrictamente económico, todo va a en gustos: tener las salidas de cine, teatro o museos a mano o poder moverse fácilmente en transporte público sin tener que recurrir para “casi” todo al auto. Del lado de los que optan por salir de la ciudad: una vida más en contacto con la naturaleza, aire libre y muy escasa contaminación sonora, algo que en el centro es ¡casi imposible! Más tiempo para llegar a casa si hay que viajar desde Capital, es cierto, pero los fines de semana, y especialmente los de verano, se hacen XXL de tanto que se aprovechan.

Cada uno pondrá en la balanza pros y contras, gustos y necesidades.