Se lo conocía como ‘la estancia de De Marchi’. Todo era campo y tierras bajas. “Lo que ustedes están haciendo se llama civilización”, dijo alguna vez un habitante de la zona cuando comenzamos las obras. Hoy es Villa Nueva,
uno de los complejos más grandes de Eidico y el lugar de vivienda de miles de personas que encontraron en el agua, el verde y los espacios libres la clave para un estilo de vida mejor. Lo que comenzó en 1997 como un tímido pero utópico masterplan, en 2004 –con el lanzamiento de cuatro barrios a la vez–, se consolidó como un proyecto atractivo, accesible y lleno de propuestas variadas.

Hoy Villa Nueva conforma un conjunto residencial de más de 850 hectáreas, compuesto por 11 barrios de diferentes diseños e infraestructura, hecho que le otorga un valor urbanístico adicional, asegurado por una vecindad programada. Un recorrido por sus calles permite evidenciar su mayor atractivo: la gran cantidad de espejos de agua que colman sus barrios y los amplios espacios verdes.
El contacto con la naturaleza y la extensión de las vistas son los factores que atrajeron y atraen, hoy en día, a familias que buscan un lugar privilegiado donde vivir y ver crecer a los hijos. El emprendimiento reúne los elementos tradicionales de nuestros barrios: espejos de agua, baja densidad de población,
diseño de calles curvas que evitan el tránsito y los excesos de velocidad. A esto se le suma la posibilidad de desarrollar una amplia gama de deportes náuticos, con barrios con salida al río y lagunas de extensas dimensiones. Y como si fuera poco, el desarrollo incesante de comercios, colegios, oficinas y servicios continúan otorgando valor a la zona y soluciones para quienes viven allí.

 

   El complejo de los Santos

Uno de los socios, Patricio Lanusse, nos cuenta la historia de los nombres: “Como el primer barrio de Eidico se llamó Santa María de Tigre y nos gustó, supongo que quisimos seguir en la línea. Los nombres también reflejan
nuestra filosofía y nuestras aspiraciones. En Villa Nueva, algunos nombres fueron pensados específicamente,
como es el caso de San Marco que, como es un barrio de mucha agua quisimos hacer referencia a la catedral de Venecia, o el de San Benito, que tiene ese nombre porque se creó el año en que asumió Benedicto XVI”. Lo cierto es que hoy se reconoce a Villa Nueva por su particular nomenclatura, que respeta la variedad de cada barrio, pero que los une en un concepto general común a todos.